En nuestro caso concreto creo que los Reyes se llaman Arnold, Jack y Gary, pues si a Palmer le llamaban el Rey, los otros dos serían los Gaspar y Baltasar que nos hacen falta para acompañar a nuestro querido y recién desaparecido Melchor. El paso del tiempo es implacable, y cuando llegue el próximo Masters echaremos de menos a Arnie en el “tee” de salida, pero no podemos hacer otra cosa que recordarle y rendirle tributo.
En cuanto a lo que estos o los otros Reyes Magos nos traigan a principios de enero, cada uno tendrá que pensárselo con cuidado, pero no podemos quejarnos por la cantidad de posibilidades que tenemos por delante.
Piensa, por ejemplo, en un “driver” que te va a proporcionar veinte metros más desde el “tee” de salida. La única pega de esta elección es que, tal vez, los veinte metros sean a la derecha de donde quisieras mandar la bola, y eso suele estar lleno de árboles, de agua o de arena.
Mejor sería, quizás, elegir un reloj con GPS para saber exactamente cuantos metros hay a “green”, pero también este regalo presenta un problema. Si sabes que desde tu bola a centro de “green” hay exactamente ciento veinte metros no sería descabellado pensar que vas a elegir ese palo con el que una vez hiciste esa distancia.
Lo malo es que casi nunca le vas a dar con la yema como aquella vez, y, o caes en una profunda depresión porque ya no haces las distancias que hacías, o te replanteas tu tabla de distancias, te das cuenta de que necesitas ese “driver” con el que conseguir veinte metros más, y te pasas el día en los árboles, el agua o la arena de la derecha. En fin, si se puede, yo quiero que los Reyes me traigan consistencia y realismo, y tal vez así mis tarjetas 2017 sean un poco mejores.