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Una imagen vale más que mil palabras

Dominio asiático en el golf femenino mundial

Carmela Fernández Piera | Sábado 03 de septiembre de 2016
Esta imagen vale más que mil palabras. Oro, plata y bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro; Park, Ko y Feng; Corea, Nueva Zelanda (de origen coreano) y China. Poco más hay que decir.

Los Juegos Olímpicos han confirmado que el golf femenino está dominado por orientales, mientras que el masculino por occidentales: el oro, plata y bronce masculinos han ido a Inglaterra (Justin Rose), Suecia (Henrik Stenson) y Norteamérica (Matt Kuchar) mientras que las tres medallas femeninas se han quedado en el continente asiático.






Si echamos un vistazo a los datos de los últimos años, se puede ver cómo en 15 años las asiáticas se han hecho con el golf; han pasado de ganar dos coreanas en el circuito femenino LPGA en el año 2000, con dominio a pachas entre europeas y norteamericanas, a ganar 13 de los 24 torneos disputados hasta la fecha en 2016. Entre las asiáticas incluyo a Lydia Ko y a Minjee Lee, nacionalizadas ahora neocelandesas pero de origen, educación y formación coreana ambas.

Se podría decir que el año de inflexión fue el 2009, hasta entonces cada año se saldaba con 4, 7, 8 victorias asiáticas a lo sumo. Pero en 2009 se impusieron en 12 torneos del LPGA y a partir de ahí no han hecho más que arrasar: en 2010 ganaron 17 torneos frente a 5 norteamericanas y 3 europeas; en 2011, once asiáticas para 4 norteamericanas. Y así hasta el 2015 en el que el saldo ha sido el siguiente: 21 victorias asiáticas, 7 norteamericanas, 2 europeas y 1 canadiense.

Esto tiene, como todo, sus ventajas e inconvenientes; el patrocinador por supuesto quiere la mayor repercusión de su torneo; quiere tener una ganadora aplastante, simpática y a ser posible, carismática y esto a veces es complicado con algunas de las asiáticas, que se nota que están trabajando duro para mejorar ese aspecto; quieren que se pueda pronunciar el nombre de la ganadora con facilidad, y en la medida de lo posible, recordarlo… y quieren muchas otras cosas que unas veces obtienen y otras no, y por esos pequeños noes algún patrocinador ha preferido destinar su inversión a otros deportes o incluso al golf masculino. Sin embargo, de Asia es de donde proceden la mayor parte de ingresos al LPGA por los derechos de televisión.

Sorprende que este dominio asiático sólo ocurra en el golf femenino, ya que son realmente escasos los profesionales asiáticos que han triunfado en otros circuitos internacionales de golf. Considero que está muy relacionado con la entrega, la sumisión, la educación y la forma de vida de las asiáticas, por lo que transmiten y por lo que cuentan las jugadoras occidentales de la entrega tan brutal que presencian en los torneos, a costa de su vida. Si es bueno o malo, eso ya es algo demasiado personal.

Lo que está claro es que esta invasión asiática en el golf femenino ya no abre una nueva era, sino que está consolidada; que la única solución es trabajar para mejorar. Al igual que ocurrió en el mundo automovilístico cuando llegaron las marcas asiáticas –y que me disculpen las golfistas por este símil- que las norteamericanas y europeas no tuvieron más remedio que mejorar, van a tener que hacerlo también en golf. Porque queremos seguir viendo esa rivalidad, y que cada semana se vea una cara diferente, completamente distinta levantando la copa en el LPGA.

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