Si parecía que el viernes Tiger daba signos de recuperación con 70 golpes, el sábado ha dejado claro que no está. Sus 85 golpes confirman que no es su año. Se trata de la peor tarjeta de su carrera, superando los 82 que firmó en el Phoenix Open de este mismo año.
Con un total de +12 se sitúa en última posición en un torneo donde deberá acabar con una última ronda el domingo que, al menos, deje las cosas un poco más claras para su público, en un escenario donde ha ganado cinco veces. Según su hoja de ruta para estos próximos meses, tras The Players se apuntó al The Memorial quince días antes del segundo major de la temproada, el US Open, y todas las miradas se dirigen a esa cita donde Tiger deberá mejorar sensiblemente.
Mal año para Tiger que confirma cada prueba a la que acude, que algo está cambiando en el mundo del golf. Tras una temporada retirado hasta "estar preparado", Tiger ha vuelto pero no reacciona, y estos 85 golpes le dejan muy tocado a pesar de asegurar en el Master que había trabajado muy duro.