En realidad no fue malo para Gonzalo Fernández-Castaño, que con una vuelta final fantástica se colocó en el puesto décimo sexto empatado y eso le proporciona un premio de algo más de cien mil dólares que le acercará al mantenimiento de la tarjeta para la próxima temporada.
No ha sido éste el mejor año del madrileño, pero si en las siete semanas que vienen se mantiene en juego como este fin de semana no hay duda de que pasará de sobra la cifra necesaria para conservar la tarjeta. Me alegro por Gonzalo, que ha apostado fuertemente por el Circuito Americano y es el único tour que tiene derecho a jugar en la actualidad. Seguro que desde el momento en que vea su tarjeta asegurada se tranquilizará y todo le irá mejor. Suerte esta semana en casa de Jack Nicklaus, en Muirfield Village, donde se disputa el Memorial en el que Gonzalo está inscrito y que ofrece unos premios considerables.
El otro español que tuvo una semana remarcable fue Rafa Cabrera, que llegó a liderar el Open de Irlanda durante algunos momentos del domingo, pero que se desinfló en los últimos hoyos hasta el punto de que el "bogey" del dieciocho le sacó de un desempate que además de ponerle en situación de poder ganar le hubiera asegurado su presencia en el próximo Open Británico, algo que le levantó su compañero de partido Hatton en el último hoyo con un "birdie" casi increíble. En fin, lo bueno es que parece que Rafa vuelve a entrar en juego, y cuando se muestre del todo afinado no necesita ni favores ni ayudas, pues ya ha demostrado que es capaz de ganar por sus propios méritos en el Circuito Europeo.
Por cierto, es curioso que Sergio García se quedara a disputar el Open de Irlanda como favor especial a Rory McIlroy, que era el promotor del evento, y que ninguno de los dos pasara el corte. Espero que al menos les haya servido para preparar su juego para los difíciles momentos que tendrán dentro de dos semanas en el Open USA, torneo que no necesitará del viento que hubo en Irlanda para resultar imposible.