McIlroy ha firmado una de las peores tarjetas de su temporada y con 78 golpes, tras haber firmado 71 en la primera vuelta ha visto como se ha quedado fuera de un torneo que el año pasado ganó con brillantes y sobre todo después de ganar la semana pasada en estados Unidos.
Lo que demuestra, una vez más que el golf es un deporte único donde no hay nada escrito y en donde muchas veces todo parece lo que realmente no es.
Y es que el batacazo de McIlroy ha sido importante cayendo en un torneo que ganó el año pasado jugando un gran golf y que esta semana tras una primera vuelta dentro de la normalidad nos ha dado la peor visión de un Rory muy mal con el driver, una de sus mejores herramientas desde el tee, mal en el putt y poco acertado con los hierros medios, por lo menos en esta segunda vuelta para olvidar donde el de Holywood acabó con una tarjeta con seis bogeys, un doble bogey en el 11 y sólo dos birdies que dan la verdadera dimensión de este deporte y reflejan lo mal que lo pasó el número 1 mundial.