Tan sólo cinco meses después del temporal con vientos de hasta 140 kilómetros por hora, que arrancaron 3.600 árboles en el recorrido Open de El Prat, la catástrofe se recuerda en el Club con una placa conmemorativa y uno de los pinos tumbado junto al putting green y que muestra sus raíces al aire.
Las consecuencias de la tormenta hicieron peligrar la celebración del Open. Sin embargo, el trabajo del club ha dejado un campo perfectamente preparado, con algunos cambios, como en el hoyo 15 que se ha abierto un poco más. Los pinos demonimados blancos, algo más débiles de lo normal, fueron levantados con la fuerza del viento dejando un panorama muy preocupante.
La recuperación y el escenario presentado para esta edición olvidan la tragedia, aunque la placa junto a uno de los árboles caídos son una ayuda para recordar.