"Tengo muchos amigos que juegan al golf", asegura Cobos. "Un día me invitaron, yo creo que para reírse de mi. Estábamos en el campo y me dijeron: Si eres capaz de darle a la bola te invitamos a cenar y si pasas la caseta a lo que quieras. Le pegué y pasé la caseta. Fue la primera y la última vez que le di".
"La verdad es que el golf engancha mucho, tanto como la música. El golf es un deporte en el que quieres ganar pero sin humillar al rival. Juegas contra el campo no contra un rival y eso me gusta especialmente".
Cobos, reciente premio Madrid a la Iniciativa Cultural, le pondría una música romántica al golf, "seguramente algo de Tchaikosky.