Lo de los grupos de cuatro jugando entre sí para dirimir quién pasaba a la siguiente ronda no lo veo en el espíritu de este tipo de juego, pero tampoco destruyó el Campeonato y el patrocinador principal se tranquilizó en cuanto a que quedaran eliminados los cabezas de serie en las primeras rondas.
Fue una pena que perdiéramos pronto a los dos españoles que eran de la partida, Sergio García y Miguel Ángel Jiménez, y no deja de resultar chocante o curioso que el malagueño acabara discutiendo con Keegan Bradley, que a mi modo de ver demostró ser un tanto niñato, tener mal perder y que no sabe poner en su sitio a su caddie, que tiene un largo historial de encontronazos de este tipo.
En lo demás, en lo que se refiere al juego y a la competición creo que el campo demostró ser apropiado y que el juego por hoyos volvió a dejar claro que es muy entretenido, muy competitivo y muy difícil o casi imposible de televisar con cierto criterio.
Al final, Jim Furik pareció poner en algunos apuros a Rory McIlroy, pero fue eso, una apariencia, porque en cuanto lo necesitó el norirlandés hizo "birdie", "birdie" e "eagle" y acabó con el americano sin compasión.
En la final no tuvo complicaciones especiales con Gary Woodland, al que finiquitó en el hoyo dieciséis, y Rory consiguió que se dejara de hablar de Jordan Spieth como el más importante jugador profesional del momento dando un golpe en la mesa y recordándonos que aquí está él, que es el número uno del mundo y que lo demuestra cuando haga falta. Es una gozada verle jugar y sacarse de la chistera lo que necesita en cada momento, sobre todo cuando la pelea es con otro jugador y no con el campo.
Además quiero recordaros a todos que el fin de semana próximo, del 8 al 10 de este mes de mayo en que estamos se celebrará el Madrid Golf en el Centro de Tecnificación de la Federación de Golf de Madrid, y que ningún aficionado debe perdérselo por las actividades que allí se ofrecerán. Visita www.madridgolf.es y verás que no puedes dejar de asistir.