Gaceta del motor

Audi y la maldición de los motores de agua

Gaceta del Motor | Sábado 02 de mayo de 2015
La noticia más impactante de la semana nos llegaba de la mano de Audi. Según dice, el fabricante alemán, ha comenzado la producción del combustible sintético Audi e-diesel a partir de agua calentada para formar vapor que se descompone en hidrógeno y oxígeno, a través de un proceso de electrolisis a alta temperatura, por encima de los 800 grados centígrados.

La planta de Audi e-gas en Werlte, Baja Sajonia, ya produce este combustible (metano sintético) en cantidades importantes. Audi también está llevando a cabo investigaciones conjuntas con la empresa francesa Global Bioenergies, para la fabricación sintética de gasolina.






Esta aparentemente revolucionaria aportación no lo es tanto. Desde hace décadas se hacen funcionar motocicletas y automóviles movidos por motores de agua en todos los rincones del mundo. Muchos nombres y todos desaparecidos en extrañas circunstancias como: Daniel Dingel, un filipino que hizo funcionar sus coches con agua y le condenaron a 20 años de cárcel por motivos desconocidos; o Stanley Meyer, norteamericano, al que su hermano supuestamente envenenó haciendo desaparecer su motor. El también norteamericano Paul Pantone, inventor del motor Pantone que funcionaba con un 80% de agua, condenado judicialmente y encerrado en un psiquiátrico.

A la extraña lista se suma otro norteamericano, John Kanzius, que descubrió como convertir el agua salada del mar en combustible. Murió 6 meses después. Un croata, Nikola Tesla, el mayor inventor de sistemas de energía gratuita, murió en la miseria y con sus patentes desaparecidas.

Y el que más nos interesa, el español Arturo Estévez Varela, que hizo funcionar su motocicleta con agua ante notario en Sevilla. Estévez donó sus patentes al estado español y en la oficina de patentes y marcas nadie las ha vuelto a encontrar. De Arturo nunca más se supo.

Son numerosos los inventores que han demostrado sobradamente que podemos vivir sin petróleo y obtener energía, toda la que necesitamos, de otras fuentes que se nos ocultan como agua, aire, imanes, nitrógeno. La mayoría han cometido los mismos errores, una y otra vez, generalmente cediendo sus patentes a Gobiernos para beneficio de los ciudadanos. Su final también con denominador común: en la cárcel o bajo tierra o desaparecidos.

Nos quedamos con la frase del admirado escritor e inventor canario Alberto Vázquez Figueroa: "Cuándo tengas un invento revolucionario, antes de mirar a quién beneficia, permanece atento al poder que tiene aquel al que perjudica".

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