Como casi todos, Phil MIckelson es consciente de que el fin de semana se mueven en arenas movedizas, y su experiencia de haber ganador tres veces el Masters le hace estar al quite. "Sé que puede pasar cualquier cosa y si pasa quiero estar ahí para tomar el control".
Sabia decisión de un Mickelson que no llevaba una temporada demasiado brillante, pero que ha llegado a Augusta con todo su arsenal, y tras dos días se ha colocado en el burladero para salir en el momento preciso si el Masters embiste demasiado fuerte a un joven Jordan Spieth.