Fue en mayo de 2013 cuando Sergio García hizo unas declaraciones poco afortunadas referidas a Tiger Woods que no sentaron nada bien al ex número 1 del mundo. Enseguida Sergio pidió disculpas y Tiger las aceptó. Sin embargo, la relación entre ellos es nula. Hoy jugarán juntos y conformarán uno de los partidos más atractivos del torneo.
Sergio García respondió a un periodista después de la cena anual de gala del circuito europeo en Wentworth, si invitaría a comer a Tiger en el próximo US Open. García respondió: "Sí, le invitaré cada noche y serviremos pollo frito". La respuesta no fue acertada ya que esas palabras son una expresión considerada racista en Estados Unidos.
Tras las reacciones, Sergio pidió rápidamente disculpas, primero mediante un comunicado a través del circuito europeo y luego en persona: "Quiero pedir perdón si alguien se ha sentido ofendido. Respondí a una pregunta que se me planteó en tono de broma y contesté con el mismo tono. De ninguna manera se trata de un comentario racista".
Por su parte Tiger contestó a través de Twitter: "No fue un comentario gracioso, sino inapropiado, hiriente y equivocado. Confío en que su arrepentimiento es sincero".
Desde entonces Tiger y Sergio apenas han cruzado unas palabras. Los dos volvieron a saludarse poco después pero la relación se terminó entre ellos. Hoy serán protagonistas de nuevo y seguro que la educación reinará entre ambos aunque el morbo está servido.