No corren buenos tiempos para el que ha sido, sin duda, el mejor jugador de la historia del golf. Ya no lo fueron tampoco el año pasado. Tiger no jugó entonces el Masters de Augusta, su torneo favorito, y 365 días después podría pasar algo parecido si Woods dice a finales de semana que no juega.
Ese es el límite previsto. Tiger confirmará o ni su presencia en el Masters a finales de esta semana, cuando se estén disputando los últimos hoyos del viernes en el Shell Houston Open. Entonces no habrá tiempo para sustituirle en Augusta y su plaza quedará vacante en uno de los mejores y más conocidos torneos del mundo del golf.
Su gran amigo Notah Begay, aseguraba hace unos días que "Woods sigue trabajando y que las posibilidades de que esté en Augusta el lunes son del 50%" ¿Sólo el 50%? Quizá sea esa una cifra positiva o negativa. Todo depende de como esté la botella, como la vea Woods o como la veamos nosotros. La realidad es que el norteamericano no ha dado señales de vida desde que se retiró por esa contractura en los glúteos. Sólo a través de su página Web donde ha ido confirmando que no jugaría el Arnold Plamer invitational y ahora por Begay hemos sabido de su vida y de sus últimas semanas.
Ni un comentario, ni una sola pista sobre el tema. Bueno, una sola y tan frágil como un castillo de naipes. Nike, la única empresa que ha seguido apostando por el a lo largo de toda su carrera, publicaba la equipación con la que el ex número uno del mundo jugaría el Masters. Algunos han querido ver esto como la confirmación de que Woods jugará en Augusta y estará este jueves en el tee del uno pero nada más alejado de la realidad. Mal irían las cosas si pasara lo que pasara Nike no tuviera preparada con semanas de antelación la ropa de su figura e icono mediático.
Pero la realidad es que Woods se ha levantado este lunes sabiendo que está más allá del número 100 del mundo, que esta semana seguirá bajando del 102 que ocupa en la actualidad y que si logra llegar a Augusta no lo va a tener nada fácil para pasara el corte. Da la sensación que los tiempos de vino y rosas para Tiger han pasado hace tiempo, que el sueño de alcanzar a Nicklaus en los 18 Majors e incluso superarle parece imposible y que bastante tendrá con poder salir a jugar y brillar medianamente.
Lo que está claro es que el reloj de la cuenta atrás ha empezado y que cualquiera daríamos lo que fuera por saber si Tiger está entrenando como un loco o apesadumbrado por saber que este año tampoco jugará el Masters. La respuesta en tres o cuatro días como mucho.