Opinión

El "Sugar Crush" del golf

OPINIÓN

Josega Fernández | Domingo 01 de marzo de 2015
Ahora que el Candy Crush ha reforzado su dominio en el mundo del juego virtual, gracias también al último debate sobre el estado de la nación, hay que reconocer que en el golf también ha subido el nivel de azúcar.

La semana ha estado marcada por el debate del estado de la nación, un debate que ha derivado en una discusión sobre el uso de la tablet de la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos. El verdadero debate se ha centrado en si estaba jugando al Candy Crush, al Frozen Free Fall o simplemente estaba "consultando la prensa", como aseguró la propia Villalobos. Muy significativo, en todo caso, para los tiempos que corren.






El Candy Crush es uno de esos juegos que se han puesto de moda rápidamente y cuenta con millones de usuarios en todo el mundo. Algo debe tener eso de alinear caramelos para ir pasando de pantalla a pantalla. Sin duda libera la mente, descansa, distrae...es como ver la televisión para olvidarse de todo, algo que a muchos les puede venir estupendamente. Que se pueda hacer mientras se intenta debatir sobre los problemas de todos, y buscar las mejores soluciones, es algo más difícil de entender.

Pero lo cierto es que el reparto de caramelos está muy caro, también en el golf. El nivel de azúcar se ha puesto por las nubes y si no que se lo pregunten a Rory McIlroy. Dominador del golf mundial en los últimos 12 meses, con cuatro victorias y tres segundos puestos en sus últimas apariciones, ha llegado al Honda Classic, su primera cita en el PGA Tour este 2015, y no ha pasado el corte."Me ha costado volver después de tres semanas de descanso", decía. Le ha faltado esa agilidad para alinear unos cuantos caramelos.

En el lado femenino, Lydia Ko ha vuelto a ganar aunque se ha ido a otra pantalla, la del Ladies European Tour en Nueva Zelanda. A la joven de 17 años número uno del mundo le va más el Frozen Free Fall, y ya está ejerciendo de princesa victoria tras victoria.

Al margen de los juegos y de los debates, llega ese Sugar Crush, ese resultado final que se logra más bien con una buena concentración, más trabajo, más seriedad y, en definitiva, menos dulces.

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