Reloj no marques las horas. Esta semana el cambio de ciclo se ha mostrado con toda su crudeza. Tiger Woods debutaba en el Waste Management Phoenix Open en un año en el que aspira a recuperar su poder. Sin embargo las dudas se han incrementado después de su actuación en el TPC Scottsdale. No superar el corte con una segunda ronda de 82 golpes, la peor de toda su carrera, es una carta de presentación muy dudosa para este año.
El reloj de Rory McIlroy va, sin embargo, muy preciso. Su clara victoria en el Omega Dubai Desert Classic le marca los tiempos a la perfección. Cuatro victorias y tres segundos puestos en sus siete últimas actuaciones le confirman como número uno. Las apuestas y los resultados le avalan.
Lo del "tic-tac" lo han sacado esta semana los dirigentes de Podemos en el centro de Madrid, y se parece mucho a lo que puede estar pasando por la cabeza de Tiger Woods. La propaganda de esta nueva formación antisistema ha reunido a decenas de miles de personas en la Puerta del Sol para reivindicar un cambio que, lógicamente, significa que sean ellos los que ocupen el poder porque ellos son los únicos que van a traer una democracia que, al parecer, no existe. Un nuevo orden en el que no manden los mercados sino que sean ellos los que partan y repartan.
La política va a tener mucho protagonismo en España este 2015 con numerosas elecciones. Hemos visto ya las primeras precampañas y esperamos unos meses muy movidos. En golf ocurre algo parecido. El inicio del año ha dejado claro que algo está cambiando. Un líder en horas bajas, que no consigue convencer pero que sigue arrastrando numeroso público, ha comenzado una temporada tropezando pero insistiendo en que hay que tener paciencia y que poco a poco recuperará su mejor forma. Su discurso choca frontalmente con un nuevo mesías del golf que está en racha.
Es muy probable que el ex número uno no vuelva a la cima, pero a pesar del "tic-tac" que se oiga, Tiger es mucho Tiger para retirarlo de un plumazo. Se le acaba el crédito y vienen por detrás empujando fuerte. Sin embargo cuenta con una trayectoria que hay que respetar. El mundo del golf necesita a Tiger Woods, y aunque se cambie de líder, el nuevo rey no tendrá más remedio que poner de nuevo el reloj en hora, y el ciclo volverá a empezar. Será, en todo caso, otro "tic-tac" pero de la misma maquinaria, por mucho que les pese a los antisistema.