Opinión
Guillermo Artola | Martes 28 de octubre de 2014
Por una vez los americanos parecen españoles, y es que un obispo (Bishop), aunque sólo sea de apellido, ha abierto la boca y más le valía haberse callado. Como en el chiste de la señora estupenda que no habla y cuando le preguntan por qué no dice nada responde: ¿Para qué, para... hacer boggie?
Ted
Bishop, el hasta ahora
presidente de la PGA americana decidió meterse en un
charco y escogió un búnker con medio metro de altura de agua, pero mejor...
pongámonos en antecedentes. Hace unas semanas Nick Faldo decidió contar lo mal
que, según su opinión, lo había hecho
Sergio García en la
Ryder Cup de 2008, la
jugada en Valhalla y capitaneada por Faldo en el lado europeo.
Y como
viene siendo habitual en el inglés se pegó una salida de pata de banco de altura
para comentar que Sergio fue un inútil en aquella Ryder. Eso lo dice el capitán
del único equipo europeo que ha perdido una Copa en lo que va de siglo, el
mismo capitán que tuvo sentado a García hasta que fue demasiado tarde para
hacerle jugar porque ya los americanos llevaban una gran ventaja.
La
verdad es que Sir Nicholas se ha cubierto de gloria en varias ocasiones desde
que dejó de ser competitivo y empezó a trabajar como comentarista televisivo, y
esta ha sido una más de sus perlas.
Bien,
pues poco después Ian Poulter publica sus memorias, algo que no deja de ser
curioso en alguien tan joven, y defiende a Sergio a capa y espada a la vez que
critica a Faldo contundentemente pero con respeto.
Y aquí
aparece Bishop para decir que Poulter es un llorica y que parece una niña
pequeña con sus quejas sobre el ex capitán europeo. No sé con seguridad si el
propio Poulter, su manager, su jefe de prensa o quien sea demuestran en ese
momento una astucia que para sí la quisieran algunos políticos que vemos todos los
días en las noticias y argumenta que el problema no está en que Bishop se meta
con él, sino en que lo haga utilizando el género femenino como un insulto.
Hábil
Poulter convierte el fallo de Bishop en una ofensa de género, algo gravísimo en
Estados Unidos a estas alturas de siglo XXI. El presidente de la PGA ha sido
fulminantemente despedido y con la recomendación explícita de no hacer más
comentarios. Vuelve a por otra Bishop y, usted, Sir Nick, mida sus palabras.
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