La idea se desarrolló con éxito. Hoy, Porsche ofrece una gama mundial de cursos para controlar con precisión los coches deportivos, cualquiera que sean las condiciones de conducción. Trabajando sucesivamente en incrementar los niveles de dificultad creciente o manteniendo sesiones individualizadas, los instructores de Porsche centran la atención en mejorar las habilidades de los alumnos al volante. Junto a los cursos en carretera y offroad, también hay programas especiales de invierno, que enseñan cómo conducir con seguridad en nieve y hielo.
Lo que comenzó hace 40 años como un taller para unos pocos aficionados a los coches se ha transformado ahora en la Porsche Sport Driving School (PSDS) internacional, que ofrece cursos en quince países. Y permite a los clientes de Porsche mejorar paso a paso sus habilidades al volante. La filosofía no ha cambiado a lo largo de los años: "Tú nos dices tus objetivos para la conducción y nosotros nos aseguramos de que los alcances".
El "nosotros" en esta declaración se refiere a los instructores de conducción y a los formadores. Uno de los aproximadamente cien monitores que hay en todo el mundo es Carsten Dreses. Este hombre de 43 años deja la sesión por un instante para describir el objetivo: "Queremos inculcar un sentimiento instintivo para la conducción y, con él, el arte de leer y comprender mejor el coche. Cuando los conductores sienten la armonía en sus coches, automáticamente son más seguros y, como resultado de ello, también más rápidos". Después, regresa a dar instrucciones a sus alumnos. Dreses sabe de lo que está hablando. Ingeniero de desarrollo en Porsche a tiempo completo, participa en carreras de resistencia en su tiempo libre. Desde 2004 ha estado impartiendo clases de conducción rápida y segura a los impacientes estudiantes, durante unas quince veces al año.
Los instructores tienen una gran experiencia y vienen directamente de la "Test Course University" ("Universidad de Cursos de Pruebas") o del "Training Lab" ("Laboratorio de Formación") de Zuffenhausen o Weissach. Son empleados de Porsche y están encantados de impartir sus conocimientos. Se caracterizan por ser naturales, entusiastas y comprometidos, con un excelente tacto sobre el acelerador y un instinto especial para los coches. Enseñan este arte de conducir a grupos de un máximo de diez alumnos.
La estructura de los cursos de hoy no ha cambiado mucho respecto a los inicios. Los instructores explican la forma correcta de sentarse y la importancia de calentar el motor. Los ejercicios son un reto y permiten a los conductores probar maniobras muy diferentes a las que podrían hacer en la vía pública, como la de responder correctamente a la aparición repentina de un obstáculo o de una curva más cerrada de lo que parece. También cómo afrontar un eslalon o una chicane, cómo reaccionar a una pérdida de agarre en una superficie deslizante y cómo encontrar el trazado ideal.
Mientras que los primeros cursos se basaban en el talento para improvisar de los monitores, hoy está todo claramente estructurado y organizado, y el contenido se transmite en un formato más dynamico. Al mismo tiempo se hace un gran énfasis en el placer de conducción. Los cursos pueden durar entre uno y tres días, dependiendo de lo que elijan los clientes y además de las sesiones clásicas de seguridad y competición en la pista, también se imparten cursos offroad y de invierno. Y los cursos se centran en la seguridad, precisión, velocidad y en conducir con la vista puesta lejos.