El asunto es que la marca de relojes Tag Heuer (me gustan tanto que me compré hace años el modelo conmemorativo de Ayrton Senna, pero después de esta idiotez voy a intentar que me lo cojan en un Cash Converters) convocó, en secreto, a poquitos medios en el circuito del Jarama. Juntó en el trazado madrileño a dos de sus patrocinados, al gentil caballero y piloto de Fórmula 1 Jenson Button y al no menos admirado Cristiano Ronaldo, ya saben..el que se define a sí mismo como el más alto el más guapo y el más rico. Es cierto que el chaval es un crack... en lo suyo. Pero en su ignorancia infinita, fuera del campo de futbol y al poner a su alcance cosas tan lejanas al resto de los mortales como un McLaren, coche deportivo, exclusivo, caro e incomodo y un instructor de surpermegalujo como un piloto de fórmula 1 en activo, puede que se traduzcan, como así fue, en un espantoso ridículo al volante de un potente automóvil.
Button, después de intentar enseñarle como hacer "donuts" en una zona de asfalto deslizante que existe en la parte alta del circuito, en la que con un coche de 900 CV te salen solos, y después de que el mismo Ronaldo intentase "encestar" unos balones en el descapotado McLaren en movimiento, hubo que dar por finalizada la fiesta sin que fuera capaz de lo uno ni de lo otro.
No se puede ser tan "paquete" y el refrán de Zapatero a tus zapatos, perdón por mentar al innombrable, cae sobre Tag Heuer y los abdominales de Ronaldo con todo el peso de la sabiduría popular, quedando nuevamente demostrado como marcas de prestigio internacional tienen meteduras de pata descomunales al poner en manos de cualquier ciudadano aparatos que no se corresponden con su negociado.
Un autentico fiasco sobre el que los escasos medios invitados han tenido que hacer diabluras para adornar la noticia con imágenes sin interés pues el esperado donuts del McLaren, con el rico y guapo al volante, no llegaron a producirse.
Ya que vamos de refranes y al igual que sucedía con otros futbolistas, Seedorf y su Ferrari por ejemplo, que eran el terror del barrio madrileño de La Moraleja, añado otro de cuño propio "no te arrimes a maquinas que no sepas manejar".