Tiger Woods le ha quitado un peso de encima a Tom Watson. El ex número uno, que no se había clasificado por méritos propios para la Ryder de Gleneagles, ha anunciado que se descarta para la gran cita por no estar preparado físicamente. "El equipo de Estados Unidos y la Ryder Cup significan mucho para mí y no voy a ser capaz de dar lo mejor de mí".
Tom Watson había asegurado que si Tiger estaba sano y jugando bien contaría con él. Sin embargo, en un año marcado por las lesiones y por su operación de espalda, Tiger regresó una semana antes del Open y no pasó el corte. En el Royal Liverpool terminó muy atrás en la clasificación, en un peor resultado en el segundo Major de la temporada. Después se perdió el Us Open, y en el WGC Bridgestone se tuvo que retirar con evidentes dolores de espalda. En el PGA Championship no pasó el corte y aeguró que seguía con dolores.
"Los médicos me han dicho que los músculos de mi espalda deben ser rehabilitados y sanados", asegura Tiger Woods, que ha añadido que su lesión en el Bridgestone "no se debió a la cirugía sino que fue muscular, pero que le han aconsejado no jugar ni practicar", y por eso no volverá a jugar hasta diciembre, en el World Challenge, un torneo a beneficio de su Fundación. Es la segunda Ryder que se pierde Tiger Woods, después de la de 2008 tras su operación de rodilla.
El capitán del equipo americano, Tom Watson, que ya cuenta con nueve de los integrantes del equipo, deberá anunciar sus tres elecciones el 2 de septiembre, y de momento se ha lamentado de la ausencia de Tiger Woods. "Espero que esté sano y competitivo y vuelva pronto", ha dicho el capitán que a pesar de quitarse una incógnita aún le quedan varios problemas, despuésde la retirada del golf de Dustin Johnson, y de la lesión de Jason Dufner.