Con una vuelta de nueve hoyos y sin muestras aparentes de dolor, Tiger Woods se ha mostrado preparado para el último Major de la temporada. Atrás han quedado los dolores de espalda del pasado domingo, cuando se retiró en el hoyo 8 del Firestone Country Club dejando una imagen de debilidad al no poder casi subirse al coche.
Sin embargo, el ex número uno ha vuelto con nuevas fuerzas. "La inflamación ha bajado y vuelvo a tener amplitud de movimiento, con mi velocidad y mi fuerza", asegura un confiado Tiger que insiste en que llega para disputar este Grande, su última oportunidad esta temporada después de perderse el Masters y el Us Open, y no brillar en el Open del Royal Liverpool en su segundo torneo tras su operación de espalda.
Las incógnitas siguen muy presentes tras una lesión que ofrece muchas ddas acerca del estado de salud de Tiger Woods, y en el horizonte ya no muy lejano, las opciones para ir a la Ryder y demostrar a Tom Watson que está preparado para la gran cita de Gleneagles. El capitán americano ha asegurado que la retirada de Tiger el domingo fue una mala noticia, y espera que jugando bien y estando sano pueda llamarle.