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China sigue enganchada al golf

Golf con palillos

David Barrionuevo | Martes 22 de julio de 2014
En la actualidad China sigue construyendo campos de golf, el avance de la clase media demanda productos y artículos de lujo que unidos a un incremento de mejoras laborales y la aparición de tiempo dedicado al ocio hace que todos estos sectores crezcan y cada vez sean más demandados.

Las empresas occidentales que se dirigen hacia el mercado chino a la hora de ofrecer sus productos tienen en mente una frase  "alguien cogió un trozo del pastel pero sigue intacto"  haciendo referencia a las posibilidades del mercado.






Los millones de golfistas que están subiendo como la espuma en este país cada vez demandan más material, palos, ropa, accesorios  y, como no, instalaciones.  En esta sección ya he comentado los problemas del agua en Pekín y la ilegalidad de algunos campos de golf pero eso no frena la marea. El pasado mes de junio abría en la capital china la oficina del European Tour, encargada de distribuir en el calendario internacional tantas y tantas peticiones por parte de organizadores chinos y nuevos torneos. El año pasado os hable del enfrentamiento entre Rory y Tiger en Mission Hills y es que el dinero mueve montañas.

Es ahora cuando los inversores miran hacia Asia, y quieren repartirse el pastel. Un pastel muy apetitoso con un margen faraónico de maniobra, y con unas posibilidades de actuación infinitas.

Empiezan a quedar atrás las empresas que venían a comprar productos basados en la mala calidad y la mano de obra barata y sin cualificar. Ahora son muchos los que llegan a China buscando clientes para sus productos, dinero y venta fácil, aunque muchos de ellos venden humo a nuevos ricos, firman un par de contratos millonarios y desaparecen.

Algunos vienen por poco tiempo y no hacen nada por intentar conocer la mentalidad asiática, estos son los que pasados unos meses o años vuelven a sus países echando pestes sobre los chinos y esos a mí me caen mal.

Me he dado cuenta que para aprender un idioma no sólo hace falta saber las palabras que corresponden a una traducción literal, de esa manera no se aprende nada. Para aprender un idioma lo más importante es saber pensar, emplear y actuar, como es aquello que queremos aprender,

Y en los negocios pasa lo mismo. De nada sirve venir aquí con el decálogo de ideas occidentales, hay que venir queriendo aprender y desarrollar las ideas tal y como lo ven ellos. A partir de entonces actuar como ellos y entonces, si, entonces lograr un beneficio de un mercado, que aunque está controlado en un 60 % por el Gobierno, no deja de avanzar, de crecer y de desarrollarse.

China sufre un boom económico y mareas de población desde el campo a las ciudades llegan casi cada día, creando ciudades sin historia, sin pasado, con grandes edificios de cemento, hierro y cristal. Todos iguales. Y se destruye, no sabemos porqué, el pasado, la historia, las costumbres, las religiones. Sólo se piensa en generar el máximo dinero posible en el menor tiempo.

Y eso crea ciudades sin alma, ciudades al estilo europeo, que son una suma de islas sin conexión entre ellas, una falsa seguridad que encuentra el ser humano dentro de su urbanización, con su valla reluciente, sus cámaras de seguridad -otro tema a tratar seria este, cuanto de libertad nos roban las cámaras, cuando de libertad nos roba el móvil, cuando tiempo de desconexión del mundo tenemos para dedicarnos a nosotros mismos-.






A una velocidad mayor que en cualquier parte del planeta, la sociedad cambia, la ciudades cambian, las gentes cambian, las zonas de casa bajas dejan paso a los rascacielos y los que venimos del otro lado lo sabemos. Cuando ya no queda nadie a quien vender nada, cuando nadie compre ladrillos se verán las consecuencias.

Un ejemplo: solo en China en el último año se vendieron más Ferraris que en toda Europa en los últimos 8 años.

China tiene un potencial económico increíble, y todo ese potencial no está siendo repartido. Se separan más aún si caben las clases sociales, y surge la peor y más despreciable clase humana, el nuevo rico.

A esto no ayudan políticas sociales como solo tener un hijo, no se puede sostener una sociedad de hijos únicos. El ser humano es un ser social y necesita de la lucha en el aprendizaje, es fundamental aprender a luchar por lo mínimo y no recibir todo al instante solo haciendo pucheros.

La educación se tiene o se tiene desde pequeño, el dinero puede llegar en cualquier momento.

Me sigo sorprendiendo cuando veo al hombre en el triciclo cargado de carbon, y como un coche, a veces sin matrícula, le pita incluso dentro del carril bici para que acelere su paso. Esa es la China de las dos velocidades, la auténtica y tradicional y la parte que no le importa nada para conseguir lo que quiere.

Yo sigo con los ojos abiertos, sigo aprendiendo, todos y cada uno de los días aprendo algo nuevo.

 

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