"Me noté muy cerca de Fernando, quizá demasiado cerca y la cosa se puso un poco tonta cuando ambos comenzamos a protestar uno acerca del otro. Me enviaron el mensaje de que debía respetar los límites y que él estaba protestando, así que yo me puse a hacer lo mismo, pero estuvo bien haberle podido pasar al final", decía Vettel.
El alemán ha tenido una contundente contestación desde su propio entorno, en esta ocasión en palabras del tricampeon Niki lauda: "No entiendo a Vettel y sus gritos de niño pequeño asustado", comentó Lauda tras analizar el intenso duelo que mantuvieron durante varias vueltas en el Gran Premio de Gran Bretaña. Lauda defendió que estos duelos ocurren en las carreras de verdad y por lo que el aficionado paga una entrada. "Esto pasó entre dos de los mejores pilotos y fue el top de la carrera, que es lo que el público quiere ver", admite el austríaco.
Por su parte, Sebastian Vettel siguió en sus trece tras la carrera, lamentándose de la agresividad de Alonso por defender una posición: "Si no levante el pie, habríamos colisionado", comentaba el piloto de Red Bull a Sky Sports.
Son muchos los aficionados que opinan en esta misma línea sobre Vettel: Alemán prepotente, llorica, niño de papá, arrogante, no sabe pilotar si no tiene el mejor coche. Son, posiblemente, afirmaciones demasiado duras para un piloto cuatro veces campeón del mundo que está quedando en evidencia y mostrando sus muchas carencias al volante de los nuevos monoplazas de Red Bull, sobre todo después de la llegada del australiano Daniel Ricciardo, que le gana sistemáticamente en todos los circuitos y condiciones.