Una cifra muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que se habla de cerca de 68 billones de dólares lo que mueve el golf en Estados Unidos cada temporada. Sólo como ejemplo se habla de la pérdida de audiencia en la última edición del Masters de Augusta donde Tiger ya no acudió -por primera vez en 20 años- y donde hubo cerca de un 33% menos de audiencia en la televisión, unas cifras que no se daban desde la edición que se disputó en 1957.
Unas cifras que indican que también hubo menos venta de entradas, menos ventas por los derechos de televisión, menos ventas en la tienda de Augusta y decenas de indicadores más que se deprimen instantáneamente cuando Tiger deja de estar en activo.
"Según asegura Brad Adgate, vicepresidente y director de investigación de Horizon Media, una compañía de servicios de medios con sede en Nueva York, "los torneos en los que Tiger Woods no juega suelen tener una caída en estos aspectos de entre un 25 y un 30% en relación a los que el número uno del mundo participa. Unas cifras que se podrían extrapolar perfectamente a esta nueva ausencia de Woods que según las mejores previsiones podría volver a jugar en el verano, aunque no hay fecha concreta para su vuelta.