Terminar entre los 30 primeros no está nada mal en el torneo más importante y complicado del mundo, donde están los mejores y donde simplemente pasar el corte es ya un éxito. Y eso es lo que ha hecho el jugador madrileño, que sabe que este Masters de Augusta es una etapa más en su temporada americana y donde terminar jugando el fin de semana es un objetivo más que aceptable.
Hoy Gonzalo ha finalizado con 74 golpes, los mismos que firmó ayer y con las sensaciones de seguir conociendo el campo, enmaorándose de sus rincones y viéndolo más como un amigo que como un enemigo, aunque viendo sus calles, sus greenes y sus búnkers lo que uno se encuentra de frente da la sensación de ser mucho más agresivo que cariñoso.
Gonzalo ha entregado su tarjeta hoy con seis bogeys y cuatro birdies. Un duro camino para llegar hasta el final y ver y darse cuenta de lo complicado que es este campo donde muchos de los mejores jugadores del mundo no han sido capaces, ni siquiera, de llegar donde ha llegado el madrileño.
Sus cuatro vueltas de 75, 69, 74 y 74 golpes le dejan con un sabor de boca agridulce pero ese sabor desaparecerá mañana. Entonces se dará cuenta de que ha hecho un buen torneo y de que vendrán mas Masters, seguro, con mejores resultados.