Una de las características de este modelo es que carece del pilar central - el que queda entre las puertas delanteras y traseras- siendo estas últimas de tipo corredera, por lo que el espacio que queda para que un adulto acceda y se acomode en las plazas traseras es de lo mejor del mercado. Un modelo que entra en plena competencia con vehículos de la talla de los Citroën C3 Picasso, KIA Venga, Honda Jazz, Hyundai ix20, Nissan Note, Renault Grand Modus o Fiat 500L. Con una habitabilidad para cinco pasajeros, la unidad elegida para la prueba es la variante con motor de ciclo Diesel con 1.6 litros de capacidad, 95 caballos de potencia y caja de cambios manual de cinco velocidades. Su precio, 19.500 euros.
El B-MAX es un excelente vehículo para circular entre semáforos por sus dimensiones. Y con solo 4,07 metros de longitud, y 1,75 metros de ancho, también son medidas que resultan muy apropiadas para aparcarlo con cierta facilidad, aunque en esta acción nos damos cuenta que la visibilidad hacia atrás no esta muy bien resuelta. Sin embargo, lo que más sorprende de este modelo es su carrocería, con las puertas delanteras batientes y las traseras corredizas sin pilar central, lo que supone toda una revolución que se traduce en una gran facilidad de acceso al interior sin que, en principio, ello afecte a la rigidez del vehículo. Una disposición de las puertas que también entendemos que tiene sus contras, como es la afectación a la visibilidad lateral por los gruesos montantes centrales, fruto de la unión de ambas puertas y la visibilidad hacia atrás de los tres cuartos, por lo que hay que vigilar especialmente las incorporaciones laterales.
Si hablamos de habitabilidad, el asiento posterior está homologado para tres plazas, con tres cinturones de seguridad y tres reposacabezas. Pero como ya hemos comentado no se trata de un coche muy ancho, a lo que hay que sumar que la anchura interior también queda penalizada por el grosor que requieren las puertas deslizantes. Esto hace que la banqueta trasera tampoco sea muy ancha, sin embargo, resulta muy habitable y tres personas, incluso adultas, pueden acomodarse en ella con un aceptable grado de confort.
Por otro lado y al no estar marcadas las plazas en banqueta y respaldos, el pasajero de la plaza central no sufrirá la dureza del respaldo como pasa en otros coches.
En cuanto al maletero, es de doble fondo, aunque poco profundo, por lo que se puede utilizar para guardar cosas poco voluminosas y que no se usen habitualmente. Pero en líneas generales es correcto para un coche de su tamaño, ya que es superior al de cualquier modelo convencional del segmento con una capacidad de 318 litros. Volumen que puede crecer hasta los 1.386 litros al poder abatirse los respaldos de la segunda fila en una proporción 40/60. Y una vez abatidos queda un fondo plano con el piso del maletero. Además, si se abate el respaldo del asiento del acompañante delantero, ofrece un espacio para transportar objetos de hasta 2,35 metros de longitud.
En la parte delantera, el puesto de conducción es muy similar a la del C-Max, con un asiento que resulta muy cómodo y que recoge de una forma más que aceptable. Y para mi, la palanca del cambio manual queda muy bien situada con relación al volante. En general, el conjunto de mandos, salpicadero e instrumentación tiene un agradable diseño, aunque la pantalla del sistema de audio en la parte superior es demasiado pequeña, por lo que obliga a fijar en exceso la vista en ella cada vez que hay que consultar algo y no resulta nada práctico e incluso, puede llegar a ser peligroso.
Por otro lado, los materiales empleados en el modelo y como viene siendo habitual en la marca del óvalo son de buena calidad. Pero no podemos decir lo mismo de los ajustes, lo que desmerece el conjunto. También y si lo comparamos con otros modelos que son rivales del B-Max, se echa en falta más huecos en el interior donde dejar cosas ocultas en la parte delantera.
La unidad de la prueba, con nivel de equipamiento Titanium X, la de mayor grado, ofrece entre otros elementos cinco airbags, control de estabilidad, control de presión en neumáticos, retrovisores exteriores eléctricos, ayuda al arranque en pendiente, ordenador de viaje, volante tapizado de piel... Además puede equipar como opción cámara visión trasera (450 euros), aunque tenemos que decir que no con muy buena calidad y ofrece un gran angular excesivo, por que obliga a interpretar la imagen que transmite. Otra opción interesante por 300 euros es el sistema de frenado automático para evitar colisiones en ciudad "Active City Stop", que actúa únicamente a menos de 30 km/h y que funciona mediante un emisor-receptor de infrarrojos. También es extra un dispositivo que realiza automáticamente una llamada a los servicios de emergencia en caso de accidente. Y también puede equipar detección de objetos en el ángulo muerto, acceso y arranque sin llave, sensores de ayuda al aparcamiento, techo panorámico (500 euros) y llantas de aleación de hasta 17 pulgadas por 250 euros.
La conducción es agradable porque no hay que estar muy pendiente del cambio para que responda con agilidad al acelerador. Esto se debe gracias a un motor de ciclo Diesel con 1.6 litros de capacidad y 95 caballos de potencia que es suficiente para mover bien el coche, pero siempre cuando no llevemos el vehículo muy cargado, en este caso su potencia resulta algo escasa en algunos momentos. También es mejorable el sonido en el interior del coche, algo elevado y con algunas vibraciones, aunque su sonido no llega a ser molesto. En otros valores, nos ha gustado su elasticidad, que se traduce en que la respuesta al acelerar es buena a bajo, medio y alto régimen. Lo que significa que no es necesario estar siempre atento y con la marcha adecuada seleccionada para ganar velocidad, algo que se agradece especialmente cuando circulamos por núcleos urbanos.
En lo que respecta al comportamiento del modelo, no puede disimular que acusa sus dimensiones, al ser es estrecho y alto. Sin embargo, el chasis tiene una puesta a punto acertada y da estabilidad al conjunto. También la suspensión es firme, lo que ayuda a que la carrocería no se mueva en exceso en los apoyos fuertes, tanto lateral como longitudinalmente y, a la vez, tiene una capacidad de absorción grande, por lo que generalmente es cómoda. Aunque, en curva tiene tendencia clara a subvirar y acusa un cierto balanceo pero en líneas generales transmite confianza.
La dirección, con asistencia eléctrica, tiene un tacto excelente, es rápida y ligera lo que garantiza una buena maniobrabilidad en ciudad. Además, da la sensación de que se tiene información en todo momento de lo que ocurre entre las ruedas y el asfalto. A esta buena sensación contribuye un grosor adecuado de un volante recubierto en cuero y la ausencia de vibraciones.
Eso sí, algo a mejorar es la iluminación, dado que la luz que proporcionan los faros no es la más adecuada. Algo que nos damos cuanta cuando circulamos por vías poco iluminadas, donde el haz luminoso que transmite es muy escaso. Sensación que es mayor con coches alrededor, donde nos damos cuenta que estos iluminan la zona delantera de nuestro vehículo mucho más. Sin embargo, las largas son correctas en cuanto a su alcance y la cantidad.
DATOS TÉCNICOS
Ford B-Max Titanium X 1.6 TDCI 95 CV 5 puertas
Motor: 1.6 litros / Gasóleo.
Nº de cilindros: 4 en línea.
Cilindrada: 1.560 cc.
Potencia máx.: 95 CV a 3.800 rpm.
Par motor: 215 Nm a 1.750 rpm.
Tracción: Delantera.
Caja de cambios: Manual, 5 velocidades.
Dimensiones: 4.077 x 1.751 x 1.604 mm.
Vel. máxima: 173 km/h.
Acel. 0 a 100 km/h.: 13,9 seg.
Depósito de combustible: 48 litros.
Consumo medio: 4,5 litros.
Capacidad de maletero: 318 / 1.386 litros.
Precio: 19.500 euros.