US PGA Championship
MDO | Viernes 09 de agosto de 2013
Rory McIlroy quiere defender su título con uñas y dientes y no importa el año irregular que ha protagonizado. Una ronda de 69 golpes, a cuatro de los líderes, le da esperanzas aunque de nuevo ha tenido altibajos. En todo caso asegura estar contento por situarse cerca de la cabeza tras la primera ronda.
De nuevo las miradas se fijan en Rory McIlroy, ejoven norirlandés que defiende título tras un 2012 mágico y que no ha podido mantener esa magia esta temporada. Con un juego irregular ha llegado a Oak Hill con la intención de un cambio radical. No ha sido así pero su comienzo lo parecía, con tres birdies en los primeros cuatro hoyos. Tras el comienzo arrolador, tres bogeys y un birdie más le dejaban en una zona más discreta.
Entonces llegó la suspensión, y en su regreso firmó otro birdie en el 12, para después desaprovechar alguna oportunidad y cometerun bogey en el 17. Al final 69 golpes, (-1), que le dejan un sabor dulce, sobre todo por terminar bajo par en una primera ronda, algo que no había hecho en los tres Major anteriores. Con nueve calles y doce greenes, McIlroy terminó optimista y reconoció que "terminar bajo en un buen resultado. Estoy ahí".
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