Masters de Augusta
El australiano derrotó al argentino Ángel Cabrera en el segundo hoyo de desempate y suma, por fin, su primer torneo de Grand Slam
Lunes 15 de abril de 2013
Como el año pasado, el play-off decidió el ganador del Masters 2013. Si en 2012 fueron Oosthuizen y Bubba Watson quienes se lo jugaron a cara o cruz, en este el ganador se decantó entre Adam Scott y Ángel Cabrera. Precisamente el argentino ya ganó su Masters de 2009 derrotando en el play-off a Kenny Perry. Pero en esta ocasión la Chaqueta cayó del lado del australiano que, de esta manera, consigue su primer Major en el Masters de Augusta.
Después de que Tiger Woods no pudiera tener opciones de luchar por la victoria prácticamente durante toda la cuarta jornada de esta edición del Masters de Augusta -acabó cuarto- frenando en seco su buena temporada y no pudiendo recortar otro Major en su carrera con Jack Nicklaus, el interés de este primer Major del año residía en saber quien iba a ser el protagonista verdadero de esta última ronda del Masters 2013.
Los candidatos eran varios. Sobre todos ellos el argentino Ángel Cabrera que quería dar otro alegrón al golf sudamericano ganando su segunda Chaqueta Verde, repitiendo aquel histórico triunfo que consiguió en 2009 y vengando de nuevo la derrota de su compatriota Roberto de Vicenzo, -que este domingo cumplía 90 años-, en este mismo torneo por errar al firmar la tarjeta.
Con él, la "armada australiana" con dos hombres que querían ser protagonistas en esta septoagésima séptima edición de uno de los mejores torneos del mundo y borrar de un plumazo las siete intentonas anteriores donde los australianos terminaron segundos en este torneo. Tanto Jason Day, segundo en 2011, como Adam Scott, que ya estuvo a punto de ganar el Open Champiopnship en julio del año pasado, eran claros candidatos a ser los primeros aussies en ponerse la Chaqueta Verde.
En cuanto a los españoles, ninguno pudo optar a la lucha por el triunfo a pesar de las excelentes actuaciones de Sergio García (-6) y Gonzalo Fernández Castaño (-4) el primer día del torneo, aunque las sensaciones dadas por los tres -incluído José María Olazábal que pasó su primer corte en el torneo en seis años- fueron excelentes.
Y a todo eso la lluvia, que llegó de manera importante en los nueve últimos hoyos para poner algo más complicado el torneo a aquel que lo fuera a ganar. Una situación que terminó cerrándose para sólo tres jugadores, los dos australianos, Day y Scott y el argentino Cabrera, que se despegaron de sus rivales y dejaron sin opciones a los demás candidatos como el propio Tiger Woods que terminaba con un buen -5, Leishman -que colideró el torneo con Sergio García el primer día- o el también estadounidense Brandt Snedeker que, al final, no aguanató el ritmo de los hombres que luchaban en cabeza.
En los últimos tres hoyos del día para los tres protagonistas, tras porfiar los todos por el liderato que iba cambiando de mano segun iban pasando los hoyos, la experiencia de Cabrera se iba dejando notar anotando el argentino un espectacular birdie en el 16 que igualaba en -8 a los tres contendientes a falta de jugar el 17 y el 18 y sacando el puño a pasear por primera vez
A Day, sin embargo, le pudo la presión y en el 17 cometió su tercer bogey del día obligándole a firmar un birdie en el 18 si quería optar a la victoria. Scott acababa el 17 al par, con -8 y Cabrera tenía su primera opción de ganar el Masters si embocaba en el 17, algo que no logró por muy poco, pero cada vez parecía que estaba más cerca de su sugundo Masters de Augusta y su tercer Major tras su victoria en el US Open.
Su hijo, que le hacía el caddie, no hacía más que tranquilizarle y escuchar las palabras que "El Pato" le decía a la bola cada vez que esta salía volando a su objetivo. Por delante, en el 18, Day se lo jugaba a cara o cruz y en el segundo golpe. Desde la calle dejaba su bola a cinco metros de bandera pero fallaba y se quedaba con -7 (70 golpes hoy) a esperar lo que sucedía por detrás pero ya con pocas opciones.
La lucha por la Chaqueta se reducía entonces a sólo dos jugadores: Scott y Cabrera. El australiano dejaba su bola en el 18 justo antes de los bunkers y su hierro desde el rough lo dejó a cinco metros de bandera con cierta opción de birdie.
Desde el tee, el argentino cogió su driver y colocó su bola en medio de la calle sabiendo que Scott tenía una opción complicada de ponerse con nueve bajo par. Una posibilidad que, sin embargo, convirtió de manera magistral y que ponía su marcador en -9 dejandole un papelón al argentino difícil de superar ya que necesitaba el birdie para forzar el play-off.
Pero la magia volvió a las manos del argentino que dejó su bola a apenas un metro de bandera para conseguir firmar un nuevo birdie -el cuarto que conseguía en el día- y forzar un play-off que casi parecía imposible antes de su segundo golpe.
De nuevo, el hoyo 18 fue testigo, juez y parte en la decisión final de la victoria en el torneo. Desde el tee, los dos dieron dos excelentes drivers y dos malos golpes de approach que se quedaron casi en el mismo sitio. Cabrera dejó su segundo approach a apenas unos centímetros y Scott tampoco falló. El play-off continuaba en el hoyo 10.
Y en el 10, donde Bubba Watson ganó el año pasado, Cabrera dejó su bola a apenas tres metros de la bandera. Scott tenía que arriesgar otra vez y lo hizo bien. De nuevo el Masters se convertía en un concurso de putt con ambas bolas a tres metros de la bandera. El argentino falló por un milímetro y Scott aprovechó para ganar el Masters y convertirse en el primer australiano en ganar la Chaqueta Verde.