Las entradas del domingo en reventa a 7.000 dólares

Ver la última jornada del Masters en directo desde una buena posición en el campo es prácticamente imposible. Como en Las Ventas, las entradas para el torneo son en su mayoría abonos y los tickets puestos a la venta muy pocos cada día. Quizá por eso y ante la posibiidad de que Tiger pueda ganar su quinto Masters la reventa está vendiendo entradas a 7.000 dólares para el domingo.

Todo apunta a que Tiger Woods será de la partida en la lucha por la victoria en esta nueva edición del Masters de Augusta. Todas las apuestas le colocan como el principal favorito al triunfo y la expectación levantada en los alrededores de la localidad de Augusta por poder ver el torne0 en directo es inusitada.

Pero la realidad es la que es. Cada día cerca de 60.000 espectadores pueden ver en directo el primer Major de la temporada aunque los días en donde más público entra es, precisamente, el martes y el mirécoles donde las cifras alcanzan los 75.000 espectadores.

Lo malo de Augusta es que la mayoría de las plazas para ver en directo el torneo son abonos que se mantienen durante años. No hay sitio para meterse cerca de los greenes, los tees o las calles. Los graderíos siempre están llenos y las entradas a la venta son muy pocas y caras. Hoy martes una entrada vale cerca de 800 dólares para todo el día.

Incluso con tu entrada intentar ver desde el tee del 1 la salida de algún jugador es casi imposible ya que en cada tee puede haber dos o tres mil espectadores pendientes del golpe del profesional de turno.

Por si todo esto fuera poco, y como es lógico, la reventa de entradas está prohiba en los alrrededores del campo a pesar de que constantemente se ven carteles y aficionados apostados en las aceras cercanas al campo pidiendo entradas que ahora mismo tienen un valor en la calle de 7.000 dólares para un ticket del domingo en la reventa.

Hace años, en el 2000, tuve la suerte de ser enviado por el diario ABC a cubrir el Masters de aquella edición. Mi entrada era un abono semanal de prensa con mi foto incluida en el cartoncito y una banda magnética con todos los datos de mi persona y el medio al que representaba.

A pesar de eso, el martes, dos días antes del torneo, en un restaurante cenando y con la acreditación colgada de mi pecho, casi por la pereza de no quitármela después de 9 o 10 horas trabajando, un lugareño se me acercó y me dijo: "Le doy 12.000 dólares por el abono". Mi respuesta fue, claro, negativa, pero si he de confesar que estuve pensando bastante en la oferta.

Aquel año Vijay Singh ganó el último Masters del siglo XX y Tiger se quedó sin Chaqueta pero, como siempre, el campo estuvo hasta arriba y mi "amigo" lo vereía por la tele o encontraría a alguién que aceptaría su trato. Y es que en Augusta, como en todos sitios, también hay reventa.