Río 2016
El norirlandés no sabe si jugará por Gran Bretaña o Irlanda. La otra opción: no ir a los juegos para quitarse problemas
Viernes 11 de enero de 2013
El joven número uno del mundo, el norirlandés Rory McIlroy, tiene ante si uno de los dilemas más importantes de su joven carrera profesional. A falta de algo más de tres años para la disputa de los Juegos de 2016 en Río de Janeiro, McIlroy todavía no ha decidido bajo que bandera jugará, si es que lo hace. La otra opción sería no jugar y defenserse de los posibles ataques de los no elegidos.
Hace un año McIlroy aseguró sentirse más cerca de Gran Bretaña que de Irlanda a la hora de defender su pabellón en los Juegos Olímpicos, cosa que, por supuesto, no gustó nada a los irlandeses. Después, el actual número uno del mundo aseguró que aquellas declaraciones las había hecho bajo cierta presión y harto de tener que pensar con quien jugaría unos Juegos que todavía quedaban muy lejos en el tiempo.
"Si hubiera un equipo de Irlanda del Norte no tengo duda de con quien jugaría", dijo en su momento. Pero esa es una opción que no exíste con los que su decisión sólo puede pasar por tres vías. La primera: jugar con el equipo de Gran Bretaña. La segunda: hacerlo con el de Irlanda, y la tercera y más preocupante para los Juegos y para el golf olímpico: no jugar con ninguna de las dos y obviar la posibilidad de ganar en 2016 una medalla de oro olímpica, quitándose de paso un gran problema de encima.
Y es que elija lo que elija, en su condición de número uno del mundo actual, McIlroy no va a dejar indiferente a nadie. Si elige Gran Bretaña, los irlandeses e Irlandeses del norte se van a sentir muy mal. Si su elección es Irlanda, los británicos se van a sentir dolídos seguro, mientras que si decide no jugar con ninguno de los dos será el movimiento olímpico y los que han luchado por que 100 años después el golf entre en la familia olímpica, los que posiblemente no se lo perdonen.
Que un hombre como McIlroy no esté en los Juegos en 2016, sea bajo la bandera que sea, es malo para el golf y para el sueño de que este deporte se perpetúe en el calendario olímpico. Lo malo de toda esta situación es que, sobre todo desde las Islas Británicas parece que la opción que más peso está ganando es la de que McIlroy preferiría sacrificar su participación y así no hacer tanto daño a Británicos e Irlandeses, aunque quien más perdería con esta elección sería el mismo y los propios Juegos.