Jaime Ortiz Patiño
Viernes 04 de enero de 2013
Miguel Ángel Jiménez ha asegurado que Ortiz Patiño “fue un hombre con las ideas muy claras respecto al golf. Valderrama era su “tercer hijo”; lo transformó y, a través de grandes torneos como el Volvo Masters, los WGC-Amex y la Ryder Cup, consiguió situarlo en la cúspide del mundo del golf. Su tesón, voluntad y constancia eran extraordinarios, lograba lo que se proponía".
“Me consta que me tenía mucho cariño. Jugué con él el Pro-Am del Volvo Masters 95 y por poco si vuelvo a hacer un albatros en el hoyo 17, como en el torneo el año anterior. Siempre me decía: “Miguel, a ver si ganas de una vez en Valderrama, me haría mucha ilusión que ganases aquí un torneo”,dijo Jiménez.
“Creo que debería ser un espejo en el que mirarse, un modelo para muchos en el mundo del golf. Te podía gustar o no su manera de hacer las cosas, podías o no estar de acuerdo con él, pero hay que quitarse el sombrero ante su figura, se entregaba con pasión a todo lo que hacía. Recuerdo muy bien los primeros Volvo Masters, siempre encima de cada detalle supervisándolo todo, no se le escapaba nada. A las 5 de la madrugada estaba en el campo trabajando con su equipo, no dándoles órdenes sino haciendo él el trabajo necesario para que tuviésemos el campo en las mejores condiciones", añadió.
Jiménez recordó que “la última vez que le vi fue en septiembre en Crans-sur-Sierre; en marzo vino a verme y a mostrarme su apoyo al Open de Andalucía en Aloha. Se dio una vuelta por el campo, nos saludó a todos, y estuvo muy cariñoso conmigo”.
Por su parte, Gonzalo Fernández-Castaño reconoció que “ayer estaba en Valderrama cuando se conoció su fallecimiento, y sólo había que ver las caras de tristeza y consternación de todos los empleados para darse cuenta de lo mucho que su figura ha significado para ellos. Junto con Joe McMicking (fundador de Sotogrande), han sido dos pilares esenciales para esta zona, para Guadiaro y San Roque; aquí se les quiere mucho y la gente está muy agradecida por la cantidad de cosas buenas que han hecho, por todo lo que han aportado".
“El campo de Valderrama, en torno al cual se ha creado una leyenda, siempre será su insignia y en él permanecerá la huella de Jaime Ortiz-Patiño; uno de mis sueños era ser socio y por fin lo conseguí. Tengo la suerte de poder disfrutar de su gran legado”, dijo.