Hijo de bolivianos, bisnieto de españoles y nieto de Simón Patiño, que fuera conocido como el rey del estaño en Bolivia y embajador de aquel país en la capital de Francia, Jaime Ortiz-Patiño fue un destacado empresario que, en el ámbito del golf, cuando tenía 55 años, compró el 50% del entonces Campo de Las Aves para transformarlo en el actual Valderrama.
Pocos años después completó la operación al adquirir la totalidad de este club de golf con la intención de transformarlo en el mejor campo del mundo. Para ello contó con la ayuda del prestigioso diseñador Robert Trent Jones y con el entusiasmo de los habitantes del pueblo de Guadiaro, dispuestos a trabajar muy duro para mejorar su nivel de vida.
En reconocimiento a esa labor, Jaime Ortiz-Patiño apoyó desde su creación al campo público de La Cañada, situado a escasa distancia del célebre Valderrama y auténtico vivero de grandes golfistas.