Golfista y ahora empresario
Paco Álvarez abre su abanico laboral. Además de hacer todos los birdies que puede y dar clases también es empesario
Martes 27 de noviembre de 2012
No fue una decisión difícil de tomar. Paco, hijo de uno de los profesores más importantes de nuestro país, Paco Álvarez -maestro del RACE durante muchos años- ha visto una gran oportunidad y un hueco por cubrir en estos momentos en donde la crisis arrecia y en donde las buenas ideas tienen aún más valor. Así nacio Jara de Luna.
Paco Álvarez es un fajador del golf. Profesional desde 1993, por sus venas y las de sus familiares más directos pasa sangre de golf. Su padre, Paco como él, es una institución del golf madrileño. Hace años abrió una de las primeras canchas cubiertas de la capital de España, Golf Scratch, y desde entonces por sus manos y su sabiduría han pasado muchos cientos de alumnos. Su hermano Ramón también es profesional y profesor de golf y su hermana Mila ha estado hasta hace muy poco dirigiendo el club Golf Calatayud.
Con estos mimbres Paco sigue ligado, "no hay otra" a un mundo del golf que le ha dado mucho. "Claro que sigo dando clase, ¡y que no falte! Lo hago cada día en Golf Park aunque ya no compito tanto como antes. La espalda pasa factura con los años y yo no me he escapado", asegura.
Paco ha disputado muchas pruebas del Circuito de Madrid de Profesionales y del Peugeot Tour. Ahora, después de tantos años de competición, toca traspasasr sus conocimientos a sus alumnos, algo que ha hecho muy bien desde hace bastantes años en lugares como Golf Scrtach, Somontes y ahora Golf Park.
Pero además de golfista, Paco ha decidido traspasar la frontera de su profesión y convertirse en empresario creando Jara de Luna, "una empresa de regalos personales por internet. Hemos empezado hace un mes aproximadamente y estamos muy ilusionados. Jara de Luna es una empresa pensada para aquellos que quieren hacer un regalo personal, con gusto y a precios muy ajustados".
Con estas claves nace Jara de Luna que se basa sobre los pilares del buen gusto, la rapidez en el servicio y la calidad de sus productos. "Es verdad. Lo que ofrecemos es básicamente eso. Regalos muy personales como -ahora toca- cestas de navidad muy personalizadas y bastantes diferentes a lo habitual, cestas de bebes, plantas, de fruta, gourmet, de golf, que no podían faltar, en fin un montón de cosas".
Ahora toca competir y ofrecer un servició excelente. ¿Cómo te planteas este reto? "Hay que jugar siempre para hacer birdie. No nos conformamos con el par. Nuestros regalos y productos intentan cuidar sobrte todo el detalle y luego llegar en menos de 24 horas tras el pedido, hacer una entrega personal, no a través de mensajerías y así ir arrancando.
¿Montar una empresa no es fácil, verdad? "Desde luego que no. A mi me parece más fácil hacer bajo par en una vuelta de golf pero habrá que seguir luchando. Jara de Luna nace gracias al trabajo en equipo de tres personas, un diseñador, un fotógrafo y yo mismo, además de mi mujer, que nos echa una mano y que da un toque muy especial a este proyecto".
¿Cuál es la filosofía de Jara de Luna? Básicamente tratar bien al cliente. Cada uno de ellos es especial y único para nosotros. Por eso cada una de nuestras cestas es especial. Jara de Luna no es una cadena comercial, es trabajo y producto artesanal. Esa es nuestra mejor arma. Por eso nuestros diseños dependen del cliente, de lo que quiera, de lo que necesite en un determinado momento y ,claro, de sus presupuestos.
¿Imagino que ya habrás tenido a tus primeros clientes?. "Desde luego que si y la verdad es que las cosas no han empezado nada mal. Hemos hecho regalos para Pro-Ams de golf, cumpleaños, aniversarios, algún bebe que otro. Los comienzos son siempre complicados pero habrá que cargar con la bolsa al hombro y dar todos los golpes que sean necesarios".
¿Vuestra área de negocio se delimita a Madrid? En absoluto, trabajamos a nivel nacional, todo el año y con un horario comercial de lunes a sábado y además con unos precios muy asequibles que varían, dependiendo de los productos, desde los 40 a los 150 euros.
¿Y el golf? "A seguir dándole a la bola. No hay otra. Lo que está claro es que hay que trabajar todo lo que se pueda, darle vueltas a la cabeza y, sobre todo, ponerle mucha ilusión a las cosas".