Como definición podemos decir que el esguince de tobillo es una distensión por rotura parcial, porque cuando es una rotura completa ya no se puede denominar así. Hablamos fundamentalmente del ligamento lateral externo del tobillo, que tiene tres fascículos: el peroneoastragalino anterior, el peroneo calcáneo y el peroneoastragalino posterior.
Estos ligamentos son los que principalmente se distorsionan o se elongan, sufren o se rompen, y producen los conocidos esguinces. Pero no son los únicos ligamentos que hay en la zona. También, en la parte medial del tobillo está el ligamento lateral interno o deltoideo, que es menos frecuente que se dañe pero que también se dan casos.
En cuanto a este esguince común tenemos que avisar siempre a los deportistas de que lo primero e imprescindible es prevenir. Tanto que las aseguradoras americanas en la NBA no sufragan el seguro si jugando al baloncesto u otro tipo de actividades no se ha vendado previamente el tobillo. Por lo tanto, el vendaje o “taping” con cinchas externas previene que se produzcan las lesiones y, en caso de producirse, está más que demostrado por diversos estudios científicos que el esguince es de grado menor.
También es importante desarrollar previamente los ejercicios de propiocepción para prevenirlos y esos ejercicios se podrán repetir también en el momento que haya que realizar una recuperación.
Por último, una lesión que suele ser rara porque se produce en grandes accidentes deportivos o en esguinces muy violentos es la rotura o lesión parcial de la sindesmosis anterior o el ligamento tibioperoneo anterior.
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