MDO | Martes 17 de julio de 2012
Tiger Woods llega al Open diferente. Tres victorias este año, un swing reconvertido, liderando la FedEx Cup y en la cuarta posición del mundo. El Tigre vuelve a dar miedo y tiene una nueva oportunidad de hacerse respetar de nuevo. Woods busca sus raíces precisamente en su torneo favorito en un escenario, Royal Lytham, donde en 1996, como amateur, comenzó a labrar su leyenda terminando en el puesto 22.
Dicen los sabios que volver al origen no es retroceder. Tiger Woods regresa donde empezó todo, a la cuna del golf y donde dio los primeros pasos hacia su leyenda hace 16 años, cuando alcanzó siendo amateur el puesto 22 en el Open celebrado en el Royal Lytham and St. Annes.
Mucho ha llovido desde entonces, y también ha habido marejada y fuerte marejada para un número uno que vio tambalear sus cimientos hace tres años después de descubrirse una doble vida del Tigre, que le tuvo apartado de la competición demasiado tiempo. En su regreso, poco a poco, con un cambio de swing incorcoporado, Woods ha avanzado mucho y este año se ha mostrado un poco más fiero y amenazando de nuevo un trono mundial algo inestable.
Tiger, con tres victorias este año, un renovado espíritu y con unos números que confirman su recuperación, llega al Royal Lytham con nuevas opciones para rematar la faena. Es número uno de la FedEx Cup y cuarto del mundo, y otra vez las miradas se fijan en él en este Open, en su particular carrera para alcanzar los 18 Majors de Jack Nicklaus. No pasa de los 14 desde el US Open del 2008, aunque tiene una batalla ganada, la de victorias en el PGA Tour, con 74, una más que el Oso Dorado.
El Tigre ya ha reconocido que el Open es su Major favorito. Ganador en 2000, 2005 y 2006, no pudo participar el año pasado, en 2010 terminó en el puesto 23 y en 2009 no pasó el corte. Ahora acude al Royal Lytham, al Open, el Major más antiguo, para encontrar sus verdaderas raíces.