Josega Fernández | Domingo 20 de mayo de 2012
El Volvo World Match Play ha dejado alguna imagen preocupante. Sergio García y Álvaro Quirós no han conseguido afinar sus "violines", y lo que es peor, tampoco han dado muestras de hacerlos sonar como ellos saben. Han estado como ausentes, en el tejado.
Las "sensaciones" han estado muy presentes en el vocabulario de Sergio García y Álvaro Quirós en el Volvo World Match Play que se ha disputado en Finca Cortesín. Ambos jugadores han llegado a cuartos de final pero han insistido, una y otra vez, en que no se han sentido cómodos, que no encuentran el camino, que no saben las razones de su mal juego.
Lo cierto es que jugando mal han logrado ir pasando fases hasta que en cuartos, Sergio cayó por la mínima frente a McDowell, mientras que Quirós lo hizo ante Rafael Cabrera. Según ellos decían, era como una muerte anunciada. Sergio aseguraba que "tarde o temprano tenir que ocurrir porque mi juego ha sido malísimo". Por su parte Álvaro Quirós, tampoco estaba contento sobre todo con su putt. Aunque había logrado una ventaja de tres hoyos ante Cabrera, la dilapidó en la segunda vuelta.
Los dos jugadores tienen golf de sobra para tener otra actitud. En Finca Cortesín es como si se hubieran subido al tejado, a la buhardilla, a pensar en sus penas, en lugar de afrontar con otra cara los problemas que puedan tener con su juego. Y sobre todo en el formato Match Play, donde el ataque es una de las características principales, y donde se podía haber disfrutado más con la competición. Pero no.
La otra imagen en este torneo ha sido la de Rafael Cabrera. Dispuesto a pelear en cada hoyo, con dos primeros encuentros en los que adquirió ventaja al principio, después fue capaz de remontar a Robert Karlsson y a Álvaro Quirós, además de pelear con McDowell obligándole a llegar al hoyo 18. "Disfruto con el Match Play", aseguraba, y añadía: "He pelado hasta el último putt", un ejemplo para sus compañeros violinistas que, esta vez, han estado más en el tejado.