Profesionales

Raquel Carriedo: "El 100% de mi tiempo no es golf"

Lola Torres | Jueves 12 de abril de 2012
El golf femenino español también tiene historia y esta puede ser más o menos reciente. Raquel Carriedo es parte de esa historia reciente. Zaragozana, se pasó al profesionalismo en el año 94 y llegó a ser la número 1 de Europa en el 2001. Ahora Carriedo reconoce que el 100 por 100 de su tiempo lo dedica "a su trabajo  y a sus niños".

Raquel, que te pasó por la cabeza cuando ganaste la Orden de Mérito en 2001? ¿Pensabas que tendrías una carrera larga y exitosa?

Pensé que había conseguido mis metas y que a partir de ahí lo difícil iba a ser mantenerse arriba. Quise dar un paso más marchándome a EE.UU. Estuve un año y fue muy duro. Las cosas no salieron bien. Quizá debería haberlo intentado un segundo año que es cuando a lo mejor empiezas a sentirte más cómoda, pero no tuve fuerzas para seguir allí tan lejos de casa, de mi familia y de mis amigos

En aquellos años, que no hace tanto, el golf femenino no estaba tan “de moda” como ahora. Marta Figueras-Dotti fue la primera española en conseguir un triunfo en la LPGA y llegas tú y ganas en Taiwan, en Suecia y en Irlanda….quedas segunda en Sudáfrica, en el Masters Británico…. ¿Estabas en una nube o eras muy consciente de lo que estabas consiguiendo?

También gané en Tenerife. Antes de lograr mi primer triunfo en Taiwan había acumulado 7 segundos puestos y un gran número de top-tens. Pensaba que no sabía ganar. Ese primer triunfo vino con la contratación de un caddy profesional, Andrew Dearden, con el que gané también los dos siguientes títulos. La verdad es que me costó tanto alcanzar la primera victoria que sí que me sentí como en una nube por unos instantes cuando metí el último putt. El de Taiwan fue sin duda el mejor recuerdo de mi carrera.

¿Empezaste a jugar siendo muy niña, con siete años, como llega el golf a tu vida? ¿Cuando tuviste claro que te querías dedicar a ello en plan profesional?

Empecé cuando mis padres se hicieron socios del único club que había en aquéllos tiempos en Zaragoza, La Peñaza. Tuve la gran suerte de tener como profesor durante muchos años a Vicente Ballesteros.


El golf es un porcentaje altísimo de cabeza, de concentración….en esos momentos tan mágicos para una golfista, ¿eras capaz de controlar tu cabeza sin las ayudas de psicólogos? Porque está claro que antes los psicólogos no formaban parte de vuestros equipos de trabajo.


Está claro que a nivel profesional el tema mental juega un papel fundamental. Creo que la capacidad de concentración y el saber luchar contra las adversidades en el campo te lo va dando la experiencia. En mi caso fue así. Nunca fui a ningún psicólogo. Simplemente a base de competir fui aprendiendo yo misma de mis errores y fui haciéndome más fuerte dentro del campo de golf. Y repito que la contratación de Andy como caddy también me ayudó a ser más competitiva y a tener más confianza en mi misma.

En el momento actual la Federación Española y las distintas territoriales están haciendo un magnífico trabajo con los jóvenes sobre todo con el programa NEO Pro, ¿las golfistas de tu generación teníais tanta ayuda y tantos apoyos?

Las golfistas de mi generación no teníamos apoyo de ningún tipo. Creo que fuimos las que más sufrimos esos durísimos comienzos donde el ser profesional femenina de golf era algo rarísimo. Siempre cuento que hasta que no conseguí mi primer triunfo no tuve ningún sponsor ni ayuda de nadie. A lo mejor estabas en el ranking entre las diez mejores de Europa y no tenías apoyos. Sin embargo veías como jugadoras de otras nacionalidades que estaban peor clasificadas que tú, tenían 3 y 4 sponsors. Realmente daba mucha rabia, y recuerdo momentos muy duros, donde varias españolas estuvimos a punto de tirar la toalla y abandonar todo porque no teníamos recursos para seguir, y jugábamos con mucha presión. Si fallabas el corte a lo mejor no podías ir al siguiente torneo. Afortunadamente las cosas han cambiado y el golf femenino está más valorado y tiene más apoyos y seguimiento. Cada vez hay más chicas que se atreven a dar el salto al mundo profesional porque ya no se ven tan desvalidas.

Llama mucho la atención saber que no has necesitado demasiados entrenadores ni preparadores, cuanto de importante para ti es Vicente Ballesteros? ¿Quien confió más en ti, tú misma o Vicente?


Vicente estuvo enseñándome y apoyándome hasta los 25 años, es decir, hasta que me hice profesional. Era una confianza mutua maravillosa y los dos nos admirábamos tremendamente. A partir de ahí, desafortunadamente nuestra relación se cortó por diferentes motivos y toda mi carrera la hice sin ningún otro entrenador. Le echaba mucho de menos pero nunca logré encontrar a nadie que me transmitiera lo que me daba Vicente, nunca confié en nadie más.

Estando en lo más arriba decides dejarlo radicalmente, formas una familia y eres mamá. El único contacto que tienes con el golf durante ese tiempo son tus clases en “La Peñaza”, porque además en ese momento o estás en el Circuíto Europeo, Americano o no tienes muchas más posibilidades de competir, ¿en algún momento lo echaste de menos?


La Peñaza es donde me crié y aprendí todo, pero nunca llegué a dar clases allí. Formé una familia y estuve 6 años sin contacto ninguno con el golf. Cuando mis hijos empezaron a ir al colegio entré a dar clases en el campo de reciente creación en Zaragoza de Las Ranillas, y allí sigo actualmente con bastante trabajo. Evidentemente siempre echaba de menos el jugar, el competir, pero ya no podía permitirme jugar en Europa y estar 7 meses fuera de casa con dos niños pequeños.

En el año 2009, Carlos García Hirschfeld decide apostar por el golf femenino y crea el Circuito Banesto. En la segunda edición comenzamos a ver  el nombre de Raquel Carriedo en el field y en el 2011 ganas la final del Circuito y además el Orden de Mérito. Vuelves por la puerta grande, pero, ¿has vuelto para seguir subiendo y subiendo? ¿Tienes en mente volver al Circuito Europeo?

Jamás volveré a jugar en Europa. Aunque mis hijos van creciendo, siguen siendo pequeños y me necesitan. Yo misma soy la que no quiero perderme ni un instante de sus vidas, o al menos, lo menos posible. Ser madre es maravilloso y lo disfruto enormemente. Estuve 10 años compitiendo por todo el mundo, y también fue maravilloso. Pero ahora estoy en otra fase de mi vida que por nada del mundo querría perderme. Gracias a la creación del Tour Nacional Femenino, Banesto Tour, he podido retomar el contacto con la competición, y estoy encantada porque esto sí lo puedo compaginar con mi vida familiar. Desde aquí quiero agradecer enormemente a Banesto por el apoyo que prestan al golf femenino en España, que siempre ha estado muy necesitado.


Raquel, ahora que vuelves a estar en la “pomada”, ¿como ves el golf femenino español? Que diferencias hay con tu época dorada?


Ahora hay más apoyos y más seguimiento mediático. Afortunadamente, cada vez hay más niñas que saltan al profesionalismo y eso es porque se sienten más arropadas. Ya no son bichos raros. Las chicas de ahora están muy bien preparadas, tanto físicamente como mentalmente. Son auténticas profesionales y ya hay varias que están haciendo grandísimos papeles en los grandes circuitos. Indudablemente van a dar grandes alegrías al golf femenino. Entiendo que tienen por delante una extensa carrera todavía, no están más que empezando. En poco tiempo sonarán más triunfos españoles sin duda.

Raquel, tienes dos “honores” en tu haber que no tienen muchas compañeras tuyas, uno de ellos es que José María Aznar siendo Presidente del Gobierno te llamó para compartir unos hoyitos contigo, ¿cómo te quedaste? ¿Cómo surgió?

Me llamó para felicitarme cuando gané el Open de Taiwan. Supongo que tras salir en la prensa en pequeñas reseñas con segundos puestos nadie me conocía. Finalmente la primera victoria fue un bombazo y a nivel mediático también. Salí en grandes titulares en los principales periódicos. Aznar por aquélla época empezaba a jugar al golf y me invitó a jugar unos hoyos con él. Me puse nerviosísima cuando recibí la invitación, y no te digo nada cuando llegué a la Moncloa y le conocí en persona. Luego poco a poco me hizo sentir más cómoda, estuvo muy agradable y me trató con mucho cariño. Tengo entendido que ahora ya juega de maravilla y es un gran aficionado.

Y el otro, es tener un hoyo con tu nombre en “Valle Romano”, el 11,  un par 3 largo y con bastante dificultad por la izquierda. La otra jugadora que tiene otro hoyo es Marta Figueras-Dotti…., es decir, las dos únicas campeonas españolas hasta el año 2001, ¿qué te pareció la idea?

La verdad es que es todo un honor tener un hoyo con mi nombre. Me hace sentir grande, cosa que nunca me he llegado a sentir, porque siempre he sido muy humilde. Y es ahora, tantos años después, cuando estoy sintiendo el reconocimiento y la admiración de los aficionados. Ahora echo la vista atrás y me doy cuenta de que realmente hice las cosas bastante bien y que logré tener un buen palmarés. Es muy gratificante que dos mujeres se hayan colado entre los hombres teniendo hoyos con sus nombres. Gracias a Valle Romano por esta iniciativa que me llenó de orgullo.

Por último Raquel, ¿qué oferta ahora mismo no podrías rechazar para volver a competir al 100% en el Circuito Europeo?


Rechazaría cualquier oferta. Primero porque no quiero separarme de mi familia mucho tiempo. Segundo porque no tengo tiempo para prepararme técnica y físicamente para poder rendir en el Circuito Europeo. Mi trabajo y mis niños me ocupan el 100% de mi tiempo. Para competir bien hay que estar preparada y yo ya no lo estoy. Las chicas vienen muy fuertes hoy en día y yo ya me siento un poco mayorcita. Para jugar bien hay que estar compitiendo todas las semanas. Se necesita un rodaje continuo para no perder las sensaciones, la capacidad de concentración, de competitividad etc. Es muy difícil jugar bien compareciendo tan solo de vez en cuando.