La pregunta del millón tuvo una respuesta inesperada ayer en el Augusta National. Sergio García explotó tras una ronda de 75 golpes y alejarse casi 20 puestos de la cabeza del primer Grande de la temporada.
Tras su buena actuación el viernes, cuando se colocó segundo a un golpe del líder, volvían las esperanzas de que Sergio estuviera en lo más alto y definitivamente despejara uno de los fantasmas que más le persiguen durante toda su carrera. Sin embargo el sábado le ha comido la desesperación tras seis bogeys y tres birdies que intentaron maquillar el resultado de +3.
Ante las cámaras de Canal Plus no escondió su frustración y reconoció que "no soy capaz de ganar un Grande. Después de 13 años me he dado cuenta de no soy los uficientemente bueno. Me tendré que conformar con ser segundo o tercer. Después de todo no pasa nada, se puede vivir sin un Grande". Y continúo diciendo que "el carácter adecuado para el golf no existe. El que esté en la cima quizá lo tenga, los demás, no".
Su primer birdie en el hoyo 12 y su abrazo a Rory McIlroy lo decía todo. Al menos se lo tomaba con cierto humor. Es un buen comienzo para retomar la batalla.