MDO | Domingo 25 de marzo de 2012
Después de un paréntesis -quizá demasiado largo- Tiger Woods ha vuelto a conseguir la victoria. Es verdad que su rival en la lucha por el título -el norirlandés Graeme McDowell- no estuvo en la última jornada del Arnold Palmer Invitational demasiado brillante, pero sin duda, Tiger ha demsotrado que tras la caída -muy dura, por cierto- ha logrado volver a levantarse. En Bay Hill ha conseguido su séptimo triunfo en este torneo, pero a partir de hoy da la sensación de que su contador suma sólo una vitoria, una de las más importantes de su carrera.
Con este triunfo Tiger Woods, que suma su victoria número 72 en el circuito de la PGA estadounidense, ha logrado borrar viejos fantasmas. Esta victoria puede ser para él mucho más importantes de lo que puede parecer a primera vista.
El norteamericano acabó con 13 bajo par, a cinco del norirlandés Graeme McDowell, que firmó su mejor actuación de la temporada a dos semanas del Masters de Augusta, aunque quizá le faltó algo de brillo en una última jornada algo gris. Por detrás de ellos, ya muy alejados del resultado del ganador, terminaron el inglés Ian Poulter, con-6, y hasta siete jugadores empatados con cinco bajo par.
Con este nuevo entorchado, el primero del año, Woods entra de nuevo en el Top-Ten mundial donde no estaba desde el 22 de mayo pasado y, además, colocándose muy cerca de los cinco primeros, sexto, con todas las opciones de seguir subiendo en el futuro.
Ahora Tiger debe de estar sereno y analizar sus aciertos y también sus fallos, que da la sensación de que han sido muchos. Pero hoy toca alabar su juego, a pesar de que sus dos últimas jornadas tmpoco han sido excesivamente brillantes.
Sus 69 y 65 golpes de los dos primeros días fueron fantásticos demostrando, una vez más, que puede volver a rozar su mejor nivel, aunque las dos vueltas del fin de semana, sobre todo la del sábado, dejó bastante que desear y con dos parciales de 71 y 70, tendrá que mejorar todavía en su regularidad si quere plantarle cara en condiciones a los líderes mundiales -léase, Donald, McIlroy, Westwood y Kaymer- que, por cierto, no han estado en esta cita previa al Masters de Augusta que se jugará en dos semanas.
Mención especial merece Graeme McDowell que atraviesa un camino duro y largo y sin buenos resultados y que en este Arnold Palmer ha vuelto a brillar, aunque quizá cegado por la luz y el apoyo incondicional de los seguidores del americano no pudo desarrollar su mejor juego en la última jornada del torneo auspiciado por Arnold Palmer.
Hace unos años, McDowell, sin duda en mejor estado de forma que ahora, derrotó a Woods en su propia casa, en el Chevron, pero esta vez ya hubiera sido demasiado. A Tiger también le toca disfrutar, así que dejémosle que goce de su momento que buena falta le hace.