MDO | Miércoles 28 de diciembre de 2011
El año 2011 está a punto de terminar y si tuviéramos que calificarlo lo haríamos, sin dida, con un sobresaliente. Las siete victorias conseguidas en el European Tour este año han saciado las expectativas que había a comienzos de temporada aunque si este balance lo hubiéramos tenido que hacer hace apenas dos meses, las cosas serían bien distintas.
Empezar el año con victoria y terminarlo de la misma manera no es nada fácil y eso es lo que lograron nuestros jugadores en una temporada que se ha saldado con siete victorias, con algún segundo puesto y con la sensación de que la salud de los profesionales españoles está casi a su máximo nivel.
Tan bien están las cosas que estamos deseando que empiece la nueva campaña para poder seguir contando nuevos triunfos y evoluciones positivas en una temporada que tendrá su cenit allá por el mes de septiembre, cuando se dispute en Chigago una nueva edición de la Ryder Cup con un claro protagonista en el equipo europeo, el capitán español, José María Oalzábal.
Sin duda, repetir los éxitos el año que viene que hemos tenido este año no va a ser nada fácil. Y es que las cosas empezaron de maravilla con el triunfo del malagueño Pablo Martín Benavides, que repetía victoria en Sudáfrica ganando el Alfred Dunhill Championship con 11 bajo par y ofreciendo las mejores expectativas al golf español en un año que comenzaba con triunfo aunque el torneo se jugara del 9 al 12 de diciembre.
La siguiente victoria española fue en el mes de febrero, del 10 al 13, y venía de la mano de una de las grandes estrellas del golf español, el gaditano Álvaro Quirós, ubicado cómodamente entre los cincuenta primeros jugadores del mundo que lograba ganar en el Omega Dubai Desert Classic, también con 11 bajo par, en los Emiratos Árabes Unidos, sucediendo en el título al malagueño Miguel Ángel Jiménez que había ganado este mismo torneo en 2010.
Desde febrero hasta junio el golf español no sumó ningún triunfo más y parecía que la racha de victorias se ralentizaba peligrosamente, pero del 23 al 26 de junio, en el BMW Open jugado en Golfclub München Eichenried, en Alemania, Pablo Larrazábal y Sergio García nos brindaron un excelente torneo que culminó con el mejor play-off de la historia del golf español en el Tour Europeo que, finalmente, se saldó con la victoria de un larrazábal eufórico que tras terminar se fundió en un enorme abrazo con su enemigo/amigo Sergio García, que ya empezaba a demostrar que las cosas le estaban llendo mucho mejor.
Tras esas tres victorias, el palmarés español necesitaba un buen empujón para seguir mejorando, aunque la cuarta victoria no llegó hasta el mes de octubre, cuando se disputó el Castelló Masters, en Borriol, la casa de Sergio García, en el C.C. del Mediterráneo, donde el castellonense consiguió una de las victorias más espectaculares de su carrera firmando 27 bajo par y subiendose de nuevo al carro del buen juego y del Ranking Mundial.
Tras ese triunfo Sergio García viajaba a la semana siguiente al Andalucía Valderrama Masters y allí volvió a ganar por segunda vez consecutiva en dos semanas demostrando que el nuevo Sergio había llegado y que sus problemas anteriores ya estaban definitivamente olvidados.
La sexta victoria en el Barclays Singapur Open fue una de las más bonitas de la temporada, no por la importancia del torneo, pero si por la trascendencia de un título que demostraba, con total claridad, la recuperación definitiva de Gonzalo Fernández Castaño que, apenbas seis meses antes, había estado pasándolo muy mal con una lesíon de espalda que le hizo dudar incluso sobre la posibilidad de poder seguir jugando al máximo nivel.
Con seis la temporada era ya de notable para el golf masculino español, pero todavía faltaba la puntilla. Y esta la puso otro andaluz, que además sumaría su segundo triunfo esta temporada demostrando que habrá que contar con él en el futuro para empresas mucho más importantes, como los cuatro torneos del Grand Slam o la Ryder Cup. Álvaro Quirós ganaba la última prueba del Tour Europeo, el Dubai World Championship, de nuevo en Dubai y se coronaba, sin ninguna duda, como el nuevo rey del desierto golfístico.