El dominio europeo en el golf mundial es ya un poco insultante. Rory McIlroy se ha paseado literalmente por el Congressional, muy cerca de la capital de Estados Unidos y de la Casa Blanca, y se ha llevado el torneo más genuinamente americano. Ya el año pasado tropezaron con la misma piedra y fue un norirlandés quien tras 40 años de sequía europea, logró el triunfo. Este año, otro jugador de Irlanda del Norte les ha birlado otro US Open casi sin pestañear, con una superioridad absoluta, mientras los estadounidenses sólo podían confiarse en Robert Garrigus o Kevin Chappel.
Europa tiene el auténtico McMenú, con todos los ingredientes, extra de todo, que ha dado con la fórmula adecuada. Si en todo el mundo el precio de la hamburguesa establece el nivel de la economía, en las finanzas del golf mundial los europeos lideran una revolución cuyos puntos clave han estado en el US Open, con las victorias de dos norirlandeses de manera consecutiva.
Por un poco más podremos ver pronto la bebida y la guarnición gigante, es decir, que un español pueda estar incluido en ese McMenú europeo. Sergio García ha protagonizado un buen US Open consiguiendo el top ten, y Álvaro aunque al final ha cedido, también. Los dos han dado un buen bocado al golf estadounidense.