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Europa pisa fuerte en el US Open

MDO | Miércoles 15 de junio de 2011
Si el Abierto de los Estados Unidos fue hasta hace muy poco un Major escorado hacia el dominio local, la próxima edición que mañana, jueves, comenzará en el Congressional se presenta con la huella del golf europeo y la baja por lesión de Tiger Woods, ausente por primera vez en 17 años.


"El golf le necesita", proclamó sobre la baja de Tiger el norirlandés Graeme McDowell, el último ganador del Open estadounidense y culpable de romper una racha de 40 años de sequía europea. La rodilla de Tiger no está para comprimir la bola, aunque su 'caddie', el neozelandés Steve Williams, se ha desmarcado con permiso y trabajará esta semana junto al australiano Adam Scott.

Nada más conocerse la ausencia de Tiger las entradas se devaluaron un 20 por ciento. El próximo dato a la baja podría ser el de la audiencia televisiva. La USGA (Asociación de golf estadounidense) sabe que no hay favorito para 2011. Sin Tiger, el papel de los jugadores locales es difuso (Mickelson se exprime más y mejor en Augusta). En los últimos tres Majors disputado ningún americano acabó entre los tres primeros y, en general, en la última decena hubo diez ganadores distintos.

¿Son las secuelas de la "depresión Tiger"? La USGA, no obstante, ha cedido el protagonismo en este Abierto a los europeos, sobre todo a los que encabezan el ránking mundial, por este orden Luke Donald, Westwood y Kaymer, aunque los dos primeros no saben aún lo que es ganar un Grande.

Incluso, y en esa línea aparentemente europeísta, los tres españoles (Jiménez, Álvaro Quirós y Sergio García) también jugarán juntos hasta la jornada del corte, al igual que italianos (los hermanos Molinari y Manassero) y los mejores suecos (Stenson, Edfords, Jacobson). Pese al guiño televisivo hacia Europa, la USGA guarda su mejor carta. Ha preparado un campo duro, largo y rápido en los "greens". El Congressional, en Bethesda, a 24 kilómetros del centro de Washington y que albergó por última vez este Abierto en 1997 (ganó Ernie Els), se ha remozado para destrozar ilusiones y vanidades. Quizá en este terrorífico escenario pueda repetir su momento de gloria el argentino Ángel Cabrera, campeón del torneo en 2007 (Oakmont), y pelear por el título el colombiano Camilo Villegas.

Sergio García, que jugará su 'major' consecutivo número 47 aunque por vez primera desde una fase previa, ganó en este campo el BoozAllen Classic de 2005, del circuito estadounidense. También el golfista español se encontrará con un recorrido distinto a aquel de 2005, que durante la última Gran Guerra sirvió como campo de entrenamiento militar a los servicios estratégicos (espías y comandos).


El diseño ha sido alargado (será el segundo Abierto más largo de la historia) y sus 'tees' modificados para 'trabajar' con la bola. De tal forma que, como señaló el mejor pegador de Europa, Álvaro Quirós, "hay que pegar al 'drive' no sólo a la calle sino muy largo". En cuanto al rough, el primer corte tendrá una media de 5 centímetros -unos tres dedos-, pero el segundo, a 6 metros de la calle, alcanzará los diez centímetros -hasta el tobillo-. Por si fuera poco, la hierba de los greenes fue cambiada a "bentgrass", para dejarlos más firmes y rápidos.

Un último apunte demoledor es el llamado "factor final": el hoyo 17 es terrible, pero el 18 es el par 4 más largo del campo, con 478 metros, y agua muy cerca del fondo del 'green'. McDowell ganó el año pasado en Pebble Beach al par del campo. En Bethesda ya corren las apuestas para acertar con el acumulado final para un Abierto simuladamente europeizado.