Pero no lo van a tener fácil los representantes de la candidatura madrileña. Sus rivales son duros y complicados. Todo hace indicar que Francia parte como gran favorita a la victoria.
Los galos no han organizado nunca una competición como esta y su ilusión parece enorme. Sus posibilidades parecen indicar que su gran rival, España, sale en peores condiciones que ellos por haber albergado la Ryder de 1997 con Seve como capitán. Sin embargo, la reciente muerte de la estrella española igual podría ayudar a la candidatura madrileña en un último empujón.
Si Madrid ganara la Ryder, Tres Cantos comenzaría casi de inmediato a construir en sus terrenos de Valdeloshielos uno de los mejores campos del mundo y su recorrido para esa Ryder Cup de 2018 que todo el golf español quiere en Madrid. La decisión será mañana a la una de la tarde y la comisión de la candidatura ya viaja hacia Wentworth, en Londres, para que mañana las noticias sean las mejores posibles.
Pero la tradición juega en nuestra contra. En las últimas elecciones a candidaturas deportivas, España no ha tenido mucha suerte. Ni Juegos Olímpicos, los de 2012 y 2016, ni mundiales de fútbol, 2018, ni nada de nada. El único gran evento que España ha conseguido últimamente ha sido el mundial de Balonmano. Curiosamente, no había ningún otro candidato en la lucha.
Si la Ryder Cup viniera a España serían, sin duda, siete años de bonanza para este deporte, de mayor crecimiento, de más licencias y de un apoyo más importante a una práctica que, definitivamente, abandonó su aire elitista hace muchos años.
Además de Francia, Alemania y Portugal son rivales importantes. No tanto Holanda. Durante los últimos meses, Ángel Gallardo, vicepresidente de la PGA Europea y uno de los hombres que votará una de las candidatas, siempre ha defendido la idoneidad de la candidatura madrileña. Esperemos que sus vaticinios se cumplan y que Madrid gane algo, que falta le hace.