MDO | Lunes 11 de abril de 2011
Tiger Woods ha vuelto a mostrar su mejor cara y con una ronda de 67 golpes ha estado a punto de lograr su quinta chaqueta verde. Con una primera vuelta llena de euforia que recordó a los mejores momentos del ex número uno, en la segunda no pudo mantener el ritmo pero deja de nuevo un aviso a navegantes.
Lo ha vuelto a hacer. Tiger Woods se va de Augusta dejando claro que puede ser el que era. En la última ronda de nuevo se ha mostrado como un auténtico tigre salvaje sobre todo en la primera vuelta en la que ha firmado cuatro birdies, un eagle por un sólo bogey. Ese -5 le colocó enseguida en la pelea por su quinta chaqueta verde y mostró por momentos su mejor cara.
Woods, que ha tenido idas y venidas en esta edición del Masters, deja una muy buena imagen y demuestra que está para volver. Quizá no vuelva a dominar, pero cuando aprieta los dientes y ruge, su fiereza puede darle de nuevo un triunfo Major.
La segunda vuelta se moderó el optimismo y Tiger falló algunos golpes que trazan la línea del antes y del ahora. El bogey del 12, tras un putt corto, le frenó en seco, y el birdie del 13 no fue suficiente. Pero sus rondas de 66 el viernes y 67 el domingo acelerando hacia el liderato, ha devuelto la esperanza a sus seguidores. Al acabar, su comentario fue escueto. "Me voy a comer, tengo hambre". El tigre, hambriento de títulos, busca también una pieza que debe caer pronto.