MDO | Domingo 03 de abril de 2011
Sólo en cuatro ocasiones el ganador del torneo de la PGA anterior al Masters conseguía la victoria después en el de la Chaqueta Verde. Algo que le sucedió a Phil Mickelson en 2006. Ahora, después de jugar como los ángeles en el Shell Houston Open, cerrando su marcador con 20 bajo par y casi sin rival en la última vuelta, el zurdo de San Diego planta sus cartas como uno de los grandes favoritos a la Chaqueta de 2011.
Con esta victoria, Phil Mickelson supera, por fin, después de más de diez años llendo detrás de él, al ex número uno del mundo, Tiger Woods. Pero da la sensación que eso no tiene demasiada importancia para el zurdo Micekslon que, tras ganar el Shell Houston Open y haber cambiado en cierta medida su calendario este año para llegar al Masters en las mejores condiciones posibles, sabe que ha hecho las cosas muy bien.
Este triunfo a cuatro días del comienzo del primer Major de la temporada le coloca tras su victoria el año pasado como uno de los grandes referentes del torneo de Bobby Jones. Su victoria en 2010 fue la primera y la única de un año no muy bueno para él. Viéndole jugar en Hosuton parece que sus problemas de artritis han desaparecido y que aparte de algunos putts firma de la casa, su juego en el green tiene las suficientes garantías para encarar Augusta en condiciones de favoritismo.
Con este triunfo, el trigésimo noveno en su carrera profesional en Estados Unidos, Mickelson da un paso de gigante para otro de sus grandes objetivos esta temporada: ganar la Fedex Cup, algo que no ha conseguido todavía y que le haría especial ilusión.
Desde luego, si juega como esta semana y si lo hace como la hecho hoy, su temporada este año puede ser espectacular. En esta última jornada, Mickelson tuvo como rival directo en la lucha por el triunfo a su compatriota Scott Verplank, que le aguantó hasta el hoyo 14. Ahí Mickelson sacó toda su artillería y con un juego soberbio unido a algunos fallos de Verplank, que quizá no pudo guantar la presión, hicieron que el zurdo Mickelson corriera directo hacia su primera victoia del año con las miras puestas ya en el campo donde el año pasado consiguió su tercer Masters.
Quizá lo único que le quede por arreglar sean ciertos aspcetos de regularidad no en su juego, sino en sus tarjetas. Las dos primeras jornadas en Hosuton cerró con sendos 70 para luego, el sábado y el domingo, dar dos mazazos en forma de 63 y 65 que le colocaron en disposición de demostrar a todos que quiere volver a ser el que fue, volver a ganar en Augusta y, porque no, soñar de nuevo con el número uno mundial.