Guillermo Salmerón | Domingo 27 de marzo de 2011
Dicen que el orden de los factores no altera el producto y parece que en el Open de Andalucía dicho axioma se cumple a la perfección. Si el año pasado el sudafricano Louis Oosthizen ganó el Open de Andalucía y meses después el British, este año ha tocado al revés. Un ganador del British, aquel que perdió el francés Van de Velde, se ha llevado la victoria y también el premio gordo de su participación en Finca Cortesín. La mala suerte fue esta vez para Lara, que se quedó a un paso de su sueño.
Dos plazas en juego para el Volvo World Match Play de Finca Cortesín, un campo en perfectas condiciones, viento racheado, mucho público de domingo siguiendo los partidos y Andalucía entera apoyando a un José Manuel Lara que empezó piano piano y que poco a poco fue viendo como sus opciones, primero de entrar en Finca Cortesín, y luego incluso de ganar el torneo, iban creciendo por momentos.
Pero al final, en el 18, con 10 abajo en su marcador y la necesidad de hacer birdie para coger esa segunda plaza, le llevó a forzar un poco más con el driver y acabar con su bola en una zona de semi rough al lado de un pequeño árbol y con una situación complicada para dejar su bola al lado de la bandera.
Tras pensarselo un buen rato, Lara pegó un wedge que por la hierba alta salió con su bola en dirección a bandera pero algo más larga que lo que hubiera deseado. "Salió larga, muy bien de dirección pero un poco fly, y bueno ha sido más mala suerte que otra cosa. La verdad es que estoy jugando bien, pegándole bien a la bola y creo que con opciones de hacer bien las cosas. Esta vez se me ha escapado, pero seguro que tendré más oportunidades".
Quien si la cogió al vuelo fue el sueco Johand Edfords. Segundo al final de los 18 últimos hoyos, Edfords se ganó, además de esa segunda plaza, un lugar en Finca Cortesín dentro de una semanas. Si había alguién feliz en el parador Nacional de Málaga, ese era el jugador sueco al que José María Zamora, director del torneo, le comunicaba la noticia mientras el norteuropeo firmaba su tarjeta de 11 bajo par.
Pero, sin duda, el gran protagonista de la semana ha sido el escocés Paul Lawrie que en Málaga volvía a ganar muchos años después de su última victoria. Había sido en un campo mítico, en Celtic Manor y hace ya muchas temporadas. Fue en 2002. Entonces firmó 16 bajo par. Hoy en Málaga ha necesitado algo menos, 12 bajo par pero seguro que la satisfacción ha sido mucho mayor para un jugador que en su palmarés cuenta con victorias en torneos espectaculares como el Dunhill Links en 2001 o el British Open de 1999, aquél que todo el mundo recuerda y que, seguro, todavía no se le ha olvidado al francés Jean van de Velde.
Con este triunfo, Lawrie consigue también esa plaza para jugar en Finca Cortesín y quien sabe si de nuevo ese protagonismo que perdió hace ya algunos años. Esta semana ha jugado muy bien y ha demostrado -incluso a él mismo- que puede volver a estar entre los mejores.
"Estoy contentísimo, no tengo palabras. llevo nueve años sin ganar y eso es mucho tiempo. El comienzo ha sido horrible, bogey al uno, al dos, al cinco, pero lo importante es que no me ha entrado el pánico, he tenido paciencia y no he perdido la confianza en mi mismo".
"Pese al mal comienzo, aseguraba Lawrie en la sala de prensa, tras haber conseguido la victoria, siempre he tenido la sensación de estar controlando la situación. Siempre he pateado muy bien, pero dejé de hacerlo durante mucho tiempo y hoy han vuelto a entrar los putts. En el tee del 18 me he sentido bien, confiado. me siento muy contento por la victoria y por ganar una plaza para el Volvo Mundial Match Play".
Por detrás de él Edfords, Felipe Aguilar, Foster, Huldahl y Jacquelin -una semana más luchando por la victoria- han hecho grande un torneo en el que la figura de Miguel Ángel Jiménez sigue agrandándose y ampliandose en el panorama golfistico internacional, demostrando que es capaz de jugar muy bien al golf y también que organiza a las mil maravillas.