El ex número uno del mundo, el norteamericano Tiger Woods, volverá a Dubai para disputar una prueba del Tour Europeo. Lo hará siete meses después de su última “visita. Entonces jugó sin demasiada fortuna la 139º edición del British Open. Ahora llega a Dubai para intentar sumar una victoria que no llega para él desde 2009, cuando ganó el JBWere en Estados Unidos.
Andan un poco revueltos en Dubai con la visita de un Tiger Woods que, precisamente, lo que quiere es algo de tranquilidad. Su temporada la empezó Tiger en Torrey Pines y las cosas no le fueron muy bien. Acabó en el puesto 44º de la clasificación con más luces que sombras y con la impronta de que su mejoría en estos meses invernales no ha sido tanta.
Muchos hablan ya de que no tardará mucho en ganar. Que su driver ha vuelto a recuperar su potencia de antaño y que su putter ya funciona. Pero la realidad es que cuando el ex número uno sale al campo a jugar ni su cara es la misma, ni su driver pega tan fuerte, y sobre todo tan recto, y desde luego su putter no es esa máquina engrasada que antes casi nunca fallaba.
Además, por si todo esto fuera poco, sus rivales, esos con los que se tiene que enfrentar de vez en cuando, ya no le tienen tanto miedo como antes. Si respeto y quizá admiración, pero no miedo. Los últimos casos de Graeme McDowell en el Chevron y de Jhonattan Chavez en Torrey Pines dejan a las claras el estado de un Tiger que da la sensación de que todavía tiene que trabajar mucho para volver a los niveles de 2008.
Pero todo esto a los dubaitíes les da lo mismo. Incluso a los seguidores del circuito europeo que, ante todo, quieren ver a Tiger en acción, están encantados con la posibilidad de ver a Tiger jugando en el Tour del Viejo Continente. Ese en el que este año están los mejores y más potentes jugadores del mundo y que, semana a semana, sigue creciendo con resultados y torneos verdaderamente espectaculares.
Con Tiger llegan esta semana un buen número de jugadores estadounidenses llamados también por los petrodólares y el lujo de los Emiratos Árabes Unidos. Pero que tengan cuidado. No es oro todo lo que realice, y si no que se lo pregunten a un Tiger contrariado que todavía no se explica muy bien lo que ha pasado con su campo-su primer diseño- al que han echado el candado y ya no riegan. Ni siquiera a la carísima hierba traída desde Atlanta, Georgia, que sirvió para dar color y lustres a las calles de los hoyos 4, 5 y 6. El sueño del desierto de Woods se ha parado de momento. Ya veremos si vuelve a retomarse.
Quien sí estará con Tiger, luchando también por hacer un buen papel serán sus compatriotas Todd Hamilton, Anthony Kang, Ben Curtis y Mark O`Meara. Igual se vienen todos en el avión particular de un Tiger Woods al que el 2011 todavía no está tratando demasiado bien.
En Dubai no lo va a tener fácil. Con él lucharán por la victoria algunos de los mejores jugadores del mundo como Martin Kaymer y Lee Westwood, Miguel Ángel Jiménez, los hermanos Molinari o el propio Sergio García, que igual en Dubai tiene una buena semana y le da un susto a todos.
Y por pedir que no quede ¿Se imaginan un duelo en la primera jornada con los tres primeros del ranking mundial en el mismo partido? Lee Westwood, Martin Kaymer y Tiger Woods. Estaría bonito, pero parece improbable, sobre todo porque Woods presionará para que le pongan con sus amigos como hace casi siempre. Ya veremos.