2010 cierra sus doce meses con muchas historias de golf. De todas ellas quizá cuatro sean las más importantes. Las de los cuatro torneos más destacados del año. El Masters de Augusta, que ganó Phil Mickelson, el Us Open, con triunfo de Grame McDowell, el Brotish en su 150 aniversario que se llecvó el sudafricano Louis Oosthuizen y el Us PGA con triunfo de Martin Kaymer.
Quizá el primero de los torneos del Grand Slam este año fue el que más nos sorprendió. Tiger no ganó y Phil Mickelson logró, aprovechando el río revuelto, su tercera chaqueta verde.
Con cinco birdies y siete pares en la última jornada, Phil Mickelson ganó en Augusta su tercer Masters después de demostrar durante esos cuatro días que fue el mejor de los 98 participantes que tomaron parte en el primer Major de la temporada. Lee Westwood fue segundo a tres golpes y Tiger Woods, el gran favorito a la victoria, acabó cuarto con -11. Sería la primera de sus derrotas en un año en el que, finalmente no ganó nada.
Y es que para ganar un torneo como el Masters en la última jornada hay que jugar muy bien y hacerlo sin cometer un solo error. Y así lo hizo el zurdo Phil Mickleson que con una vuelta de 67 golpes se alzó con el triunfo en el Masters de Augusta de 2010, finalizando con un birdie de cuatro metros que enfervorizó aún más a los casi 10.000 espectadores que esperaban ansiosos el desenlace de este Masters marcado por el retorno de Tiger Woods.
Otro de los grandes momentos de la temporada en estos cuatro Grand Slam del año fue la victoria de Grame McDowell en el Us Open. Un europeo, volvía a ganar un Abierto estadounidense, el segundo "Grande" de la temporada, que no alumbraba un triunfo de un golfista del Viejo Continente desde que el inglés Tony Jacklin fuera el mejor en el año 1970.
Cuatro décadas tuvieron que transcurrir para romper el maleficio. Y además, Irlanda del Norte ya tiene un nuevo héroe, y Europa un golfista con el que presumir al otro lado del Atlántico tras ganar en el torneo más carismático para la gran potencia del golf mundial.
En la batalla final, McDowell, de 30 años y nacido en Portrush, asistió al desastre temprano del norteamericano de 25 años y líder al comienzo, Justin Johnson, quese abstrajo al pulso entre Phil Mickelson y Tiger Woods, e ignoró el acoso sostenido de Ernie Els y, especialmente, del francés Gregory Havret.
Al final, McDowell se impuso en Pebble Beach con 284 golpes (el par del campo), después de entregar una última tarjeta de 74 para conseguir el primer 'major' de su carrera y el segundo para un jugador norirlandés, tras el conseguido por el finado en 1990 Frederick Daly, quien en 1947 ganó el Open Británico.Sergio García fue el mejor de los españoles, después de ascender veinte puestos en la ronda final gracias a sus 71 golpes (par), para terminar en el vigésimo segundo puesto.
El tercero de los Majors de este año era el British Open. Y en él, el sudafricano Louis Oosthuizen consiguió en la meca del golf mundial una victoria absolutamente histórica. Con su triunfo sumaba para Sudáfrica el noveno entorchado en este torneo y se colocaba entre los mejores jugadores del mundo con un juego sencillo, sin arriesgar en absoluto y con el putt como mejor arma.
No siquiera Tiger Woods pudo ni por un momento no ya incomodar a Oosthuizen, sino simplemente impresionarle. Y qué decir de su archirrival. El otro norteamericano, el zurdo Phil Mickelson, que optaba de nuevo a quitarle el número uno del mundo a Woods, ni siquiera se asomó por los primeros puestos de la clasificación. Da la sensación que mientras que los grandes torneos se jueguen fuera de Estados Unidos, Phil no tiene nada que hacer. Campos como St. Andrews no se adaptan a su juego y la prueba es que su bola alta, precisa y objetiva en los campos americanos se vuelve torpe y sin precisión en Europa. Mickelson terminó en St. Andrews con +1, en el puesto vigésimo quinto y dejando una sensación bastante pobre de su juego.
En cuanto a los españoles, buenas sensaciones generales con Álvaro Quirós que terminó en undécimo lugar con -11; Garrido y García fueron décimo cuartos, con -4, y Jiménez y Cañizares acabaron vigésimo séptimos, con -2.
En cuanto al último Major del año, el protagonismo fue para el alemán Martin Kaymer que se convirtió con su victoria en el segundo teutón en ganar un torneo del Grand Slam tras los dos Masters de Augusta conseguidos por su compatriota Bernhard Langer en 1985 y 1993, y situándose de esta manera como el gran relevo generacional del golf germano. En su victoria, Kaymer derrotó en el play-off al estadounidense Bubba Watson después de tres hoyos y tras haber acabado los dos con 11 bajo par.
Kaymer firmó en la última jornada de este PGA marcado por las nieblas y la lluvia la segunda mejor tarjeta del día, sólo por detrás de la de Phil Mickelson que, con 67 golpes, se fue a casa bastante conforme con el torneo que había hecho, feliz por no haberse resentido de sus dolores artríticos y tras haber confirmado que ahora es vegetariano. No alcanzó el número uno mundial, pero cada uno se consuela con lo que cree más oportuno.
Con esta victoria Kaymer, nacido en la ciudad de Dusseldorf, entra en la historia del golf mundial con apenas 25 años. Nombrado en 2007 rookie del año en Europa suma en su trayectoria cinco torneos del European Tour y una carrera realmente prometedora, convirtiéndose definitivamente en el relevó de un Langer que ganó su último Grand Slam hace 17 años.