Guillermo Salmerón | Domingo 31 de octubre de 2010
Ni se le ha visto ni se el espera, pero el espíritu de Lee Westwood flota en el ambiente de Valderrama como si estuviera todo el día dando bolas en su exclusivo campo de prácticas. El inglés será el lunes, si Kaymer no hace un milagro, nuevo número uno del mundo, abriendo una nueva etapa en la clasificación del World Ranking.
Posiblemente, el inglés Lee Westwood esté en su casa de Inglaterra viendo con atención lo que sucede a muchos kilómetros de distancia en el Club de Golf de Valderrama donde los resultados de Martin Kaymer le pueden dar el número uno del mundo sin dar un solo golpe desde la pasada edición de la Ryder Cup.
Muy lejos de allí, en Estados Unidos, donde estará descansando y recuperándose de su artritis Phil Mickelson, el norteamericano seguro que estará lamentando las diecisiete oportunidades que a lo largo de esta temporada ha tenido para alcanzar un número uno que Woods dejará, de momento, siete días, y que pudo haber sido suyo.
Sin embargo, el zurdo de momento verá -como el resto de la afición al golf mundial- como un europeo se hace con el número uno dieciséis años después de que Sir Nick Faldo tuviera el honor de ser el último jugador del Viejo Continente en estar en lo más alto de la clasificación. Ahora, otro inglés lo conseguirá de nuevo, aunque nadie sabe a ciencia cierta cuando durará la alegría en casa del inglés.
La semana que viene, en el HSBC, tomarán parte muchos de los protagonistas que, semana a semana, van a luchar por ese número uno. Tiger, Kaymer, Westwood, en fin unos protagonistas que declaran sin excusas que el número uno no les importa demasiado, pero que todos quieren en su curriculum. Lo que si parece seguro es que el domingo un europeo será nuevo número 1. El reinado de Tiger -de momento- se apaga en el Ranking Mundial.