Italia se ha ganado con todo el derecho del mundo un lugar entre las potencias europeas del golf. A Inglaterra y España el Viejo Continente debe de sumar desde ya a una Italia potentísima con tres jugadores de máximo nivel y con una gran cantera. Los pasos que dieron en su momento Constantino Rocca y Emanuele Canonica empiezan a dar ahora sus frutos.
La primera gran figura del golf italiano fue, sin duda, Cosntantino Rocca. El transalpino asentó los primeros cimientos de un deporte que en Italia era considerado elitista, aburrido y sin futuro. Rocca, tenaz como el solo, siguió adelante sin demasiada ayuda y logró situarse entre los mejores jugadores de Europa en los años 90. En 1993 consiguió sus dos primeras victorias en el Tour Europeo, en el 96 consiguió su triunfo más importante, el Volvo PGA, y en el 97, después de ganar el Cannon European Masters, se clasificó para jugar la Ryder Cup de 1997 con Ballesteros como capitán.
Sin duda, fue ese el mejor momento en la carrera de un Constantino Rocca que vivió ahí su gran instante de gloria, en un partido épico con Tiger Woods que quedará en los anales de la Ryder Cup y también como muestra de que muchas veces los mejores y los más grandes se tienen que rendir ante la ilusión y la fuerza de la pasión por resistir de los que no lo on tanto.
Constantino volvería a ganar en Europa dos años después, en el 99, y ocho años después, perteneciendo ya al Senior Tour, volvió a venver en dos pruebas más en su afán por seguir sembrando la semilla del golf en su país. Una semilla que prendió en el que hasta ahora había sido su mejor alumno, Emanuele Canonica.
Considerado como uno de los mejores y más potentes pegadores del Tour, Canonica ganó su único torneo en Europa en 2005, cuando venció en el Johnnie Walker de Gleneagles. Un solitario triunfo que, sin embargo, sirvió para mantener viva la llama de aquellas victoria de Rocca que habían germinado en dos hermanos, los Molinari, que venían llamando a la puerta y que querían, como sus dos maestros, hacer del golf un deporte más popular en Italia.
La realidad es que ambos lo estaban haciendo muy bien en el Challenge Tour. Edoardo había sumado cinco triunfos desde 2007, dos ese año y tres más en 2009, y unos años antes, en 2005, ya había ganado el Us Open Amateur convirtiéndose en el primer europeo que lo hacía desde 1911. Sin embargo, sus gestan no habían calado todavía en el gran público.
Pero algo estaba cambiando en el golf italiano. Cada vez había más chavales que empezaban a jugar al golf, los Molinari empezaban a ser conocidos y tanto Constantino como Emanuele no dejaban de hablar de los dos hermanos Molinari. Ambos hablaban de futuro pero su gran oportunidad llamó a su puerta en 2009. Los dos fueron seleccionados para jugar la Copa del Mundo por su país y, sorpresivamente, consiguieron la victoria, demostrando que era una pareja letal.
Tras esa gran gesta, Edoardo ganó el Barclays Scottish Open y el Johnnie Walker Classic, mientras que Francesco hacía lo propio en el Open de Italia. Los dos pasaron a la historia por disputar la Ryder Cup de 2010 y, situados ya entre los mejores del mundo, siguen apostando por una Italia golfística. Ellos son el presente. Un presente que también tiene futuro... y muy cercano.
Hablamos de la última gran estrella del golf italiano, europeo y quizá mundial. En solo siete torneos como profesional se ha ganado su tarjeta para el año que viene, ha ganado en Castellón su primera cita profesional y parece que augura para el golf europeo muchas satisfacciones. Sólo tiene 17 años y 6 meses y junto a él, los Molinari, parecen dos vetustos pros con años de experiencia. El niño italiano sabe que él tiene la llave para que el golf en Italia sea un deporte de masas. Con él, y con ellos, ya esperan la llamada de la fortuna, de la suerte o de la estela de triunfos una cantera incipiente formada por jugadores como Andrea Maestroni, Alesandro Tadini, Marco Sofetti, Lorenzo Gagli, Stefano Reale o Federico Colombo. Todos ellos tienen una ventaja contando con estas tres estrellas en el firmamento del golf europeo.
Lo que está claro es que Italia también manda ya en el golf continental y da la sensación de que lo puede hacer durante muchos años. El futuro es prometedor para los Molinari y Manassero. Seguro que hoy Rocca y Cannonica, estén donde estén, brindan con un buen vino por el trabajo bien hecho.