2011 será seguro la piedra de toque para el nuevo Tiger Woods. Todo lo que le ha pasado al número uno del mundo en esta temporada se lo ha buscado él, eso está claro, pero además los cambios en el swing, el cambio de entrenador y un juego absolutamente lejano a lo que Woods ha desarrollado a lo largo de su carrera, han hecho que este año haya sido el peor en la carrera de un Woods que sólo podrá mejorar la temporada que viene.
Para meterse en la gran final de Atlanta de la FedexCup, Tiger tenía que haber jugado mucho mejor de cómo lo ha hecho esta semana. En ningún momento ha estado a la altura. Simplemente ha jugado como lo viene haciendo en sus últimas citas. Irregular, inseguro con el juego largo, impreciso con los hierros y muy lejos de su calidad en el green -el aspecto que más victorias le ha dado en su carrera-.
Con todos estos parámetros con los que juega parece imposible que Woods pueda volver en poco tiempo al nivel que tenía hace dos años. Nos queda ver ahora qué importancia y qué papel tendrá ahora en la Ryder Cup. Su temporada ha sido un desastre y sólo la tranquilidad podrá hacerle volver a ganar. Los 18 Majors de Jack Nicklaus parecen a buen seguro con Tiger así. Tendrán que pasar algunas temporadas más hasta que el número uno del mundo -veremos por cuánto tiempo- consiga un nuevo título del Grand Slam.