Todo empezó el martes con una hinchazón anómala en la pantorrilla y el tobillo de Westwood tras la primera jornada de entrenamientos en París. Tras acostarse el martes, el miércoles la inflamación no había bajado y decididó hablar con un médico que le dijo que todo podía deberse a un coágulo de sangre en su tobillo.
Trasladado al hospital y tras hacerle varias pruebas, los médicos determinaron que no había ningún rastro de una TVP (trombosis venosa profunda) o coágulos de sangre y que el problema tiene algo que ver con una reacción al calor.
La noche de miércoles la paso tranquilo, con antinflamatorios y en observación. Con la tranquilidad de saber que no había coágulos el número tres del mundo iba a ir al campo, ver como se encontraba y si no había demasiados problemas salir a jugar.
“El momento de la temporada es muy importante y retirarse ahora de una cita como el Open de Francia, con el British a la vuelta de la esquina no le beneficiaria mucho” aseguraban desde el entorno de Westwood.
"Voy a venir por la mañana para ver cómo estoy. Esperemos que ya esté bien , pero caminar durante cinco horas no va a ser fácil en el estado en el que estoy y el calor tampoco va a ser muy bueno para mi", dijo el inglés.
Orto que no jugará será el capitán del equipo Europeo de la Ryder Cup, el escocés Colin Montgomerie, que tras su lesión en uno de los músculos de la pantorrilla y en el tendón de Aquiles a pesar del tratamiento con sangre de vacuno que se dio en Alemania no ha terminado de recuperarse y tuvo que retirarse del torneo.
Un lesionado más ha sido el joven italiano Matteo Manassero al que una bola perdida le impactó en su mano mientras practicaba el martes. El año pasado el campeónn del British Amateur Championship, que además terminó decimotercero en el Abierto Británico, aseguró que no descansará y que a pesar del susto seguirá jugando los torneos en losn que le inviten este año para aprovechar así todas las oportunidades que tenga.